Más de medio millar de efectivos de 28 organismos relacionados con las emergencias y la seguridad se desplegaron ayer en el Parque Empresarial de Elche para simular un accidente aéreo con múltiples víctimas con el fin de poner a prueba los protocolos de actuación para estas catástrofes y la capacidad de dar una óptima respuesta en caso de que ocurra una tragedia de estas características. La realidad puede superar a la ficción, pero los organismos implicados coinciden en la necesidad de realizar estos grandes simulacros para estar coordinados, dar una respuesta inmediata y mejorar, si es necesario, aspectos del operativo de intervención.

La Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias se ha encargado de organizar este año en Elche el bautizado como #GranSimulacre2017 y el principal escenario de la recreación del accidente aéreo fueron dos parcelas del Parque Empresarial de Elche en Torrellano. Desde primera hora de la mañana ya se habían desplegado en la zona parte de los 508 efectivos que participaron en el simulacro, entre ellos los figurantes del más de medio centenar de heridos y fallecidos.

El accidente recreado fue el de un aviónB737 con 55 pasajeros y cinco tripulantes que se aproxima al aeropuerto de Alicante-Elche para aterrizar. Sufre una avería que le hace perder altura de forma brusca y se estrella en una de las avenidas del polígono. Al caer arrolla a varios vehículos que circulaban por la avenida y destruye una nave industrial sepultando a varias personas. Por si fuera poco se origina un incendio a causa de los dos mil litros de combustible del avión derramados. El resultado es trágico, aunque menos mal que se trataba de un simulacro: treinta muertos, veinte heridos críticos y diez graves.

La tranquilidad de la zona se convirtió durante dos horas en un ir y venir de bomberos, sanitarios y agentes, entre otros efectivos. Probablemente más de un ciudadano ajeno al gran simulacro se llevó ayer un buen susto si pasó por la zona. Igual que los pasajeros de las aeronaves que despegaron ayer por la mañana de El Altet y sobrevolaron la zona.

Los figurantes realizaron su papel a la perfección, incluidos los «muertos». La Policía Nacional envió al lugar un camión que es un Laboratorio de Actuaciones Especiales y la Policía Científica, junto a agentes de la Guardia Civil, se encargó de la recogida de cadáveres y restos humanos, así como de tratar de identificar a las víctimas del accidente mediante la toma de huellas. Aunque muchos de los muertos simulados eran maniquíes, también participaron personas con el fin de poner a prueba los protocolos de actuación.

Al margen del escenario donde se estrelló el avión el simulacro contó con dos escenarios más: la sala del aeropuerto donde esperaban los familiares de los pasajeros del vuelo siniestrado y el Centro de Atención de Familiares (CAF), ubicado en el Centro de Turismo (cdT) de Alicante, donde se dio asistencia psico-social a los allegados de las víctimas. El CdT se usó por vez primera como CAF tras un acuerdo entre Turismo y Emergencias.

Según la Agencia de Seguridad, el simulacro ha servido para movilizar efectivos que realizan «búsquedas, rescates, triajes, atención sanitaria, levantamientos de cadáveres, control del tráfico y extinción de incendios». Al mismo tiempo, evalúa la actuación de la Persona de Contacto (PECO), elemento clave en la prestación de asistencia a las víctimas de accidentes de aviación civil y sus familiares.

El director general de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, José María Ángel, afirmó que «sólo de esta manera se puede engrasar la maquinaria de atención y respuesta ante emergencias». El director general de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior, Juan Antonio Díaz Cruz, resaltó que estos simulacros «nos permiten estar alerta y preparados». El próximo martes los responsables se reúnen para evaluar el desarrollo del simulacro.