No hay quien defienda a las Torres de Defensa de la Huerta. Por mucho que estén declaradas Bien de Interés Cultural (BIC), por mucho que formen parte del Catálogo de Protecciones de Alicante -pendiente de aprobación definitiva en el Pleno-, y por mucho que se las valore como un bien patrimonial de primer orden, continuamente aparecen noticias sobre su mal estado de conservación.
Dentro de Catálogo de Protecciones que el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón no llevará a pleno hasta que tenga la mayoría suficiente para aprobarlo, se encuentran tanto los monumentos franquistas como las Torres de la Huerta. Estas últimas deberían estar exentas de peligro, pero la realidad demuestra lo contrario.
Hoy en día, hacer el recorrido a pie o en bicicleta por la Ruta de las Torres de la Huerta, una senda por los caminos históricos y las nuevas avenidas que cruzan la Albufera y la Condomina, es encontrarse, en la mayoría de los casos, con unas construcciones en avanzado estado de deterioro.
La señalética que instaló el Ayuntamiento de Alicante hace poco más de tres años está bastante inservible. En pocos de estos carteles informativos se pude leer algo. Cuando no son los grafitis, son los efectos del clima los que ha echado a perder estas señales.
Hace un par de semanas, este diario informó que el Ayuntamiento de Alicante había comprado la Torre Placia por 1,75 millones a sus propietarios. El paso siguiente consiste en trasladar este BIC a una parcela municipal, aún sin concretar, para cumplir la sentencia del Tribunal Superior de Justicia Valenciano, que obligaba a mover el monumento o, bien, a demoler el conjunto de bungalós construidos a menos de 25 metros. El tripartito optó por el traslado de la torre, sobre todo porque desde un punto de vista económico era más beneficioso para las arcas municipales que gastar 8 millones con el derribo de las viviendas.
Paulinas abandonada
En el Camino del Hogar Provincial, dentro del término de Mutxamel se levanta desde el año 1365 el Torreón de las Paulinas. Hoy en día, la finca está abandonada y presenta un estado lamentable. Después de muchos avatares, esta edificación histórica albergó un conocido restaurante durante varios años.
A finales de 2013 fallece su propietario, el restaurador Luis Ángel Ruiz Sainz de la Maza, y poco después, el salón donde la sociedad alicantina celebró innumerable eventos, cierra sus puertas. Con el tiempo, la propiedad del inmueble pasa manos de una entidad financiera, Cajamar. Ante el aspecto que presenta, el alcalde de Mutxamel, Sebastián Cañadas, ha señalado que encargará a los técnicos municipales que contacten con los propietarios actuales para poder realizar una visita al interior de la torre, donde los riesgos de filtraciones son evidentes.
En Sant Joan d'Alacant, tan destrozada como acabó la barriada a la que dio nombre, sigue malamente en pie la Finca Ansaldo. El Ayuntamiento de esta localidad está buscando financiación para poder ejecutar el ambicioso proyecto de la Casa de la Música. El presupuesto inicial para convertir la Torre Ansaldo y su Alquería en dos salas polivalentes, dos despachos y una biblioteca es de un millón y medio de euros de los que el Consistorio, a día de hoy, cuenta con una subvención de la Diputación de 210.000 euros.
Descubrimiento en El Campello
En El Campello están a la espera de que la Conselleria de Cultura declare la Torre del Barranquet de Marco como Bien de Interés Cultural (BIC). Este edificio del siglo XVI, también muy deteriorado, catalogado como Bien de Relevancia Local (BRL), podría constituir el único torreón de la huerta alicantina ubicada en El Campello, al margen de las torres vigías de la costa.
Si consigue la máxima protección, ampliará la mayor concentración de Bienes de Interés Cultural de la Comunidad Valenciana en un espacio tan reducido. Hace cinco siglos, estas torres protegían a los labriegos de los ataques enemigos. Hoy en día, los piratas berberiscos son otros.
