Cima afronta su futuro con inquietud ya que es consciente de la gran competencia que hay para conseguir un puesto de trabajo como profesora de Educación Infantil, su vocación y para lo que se ha preparado.

Cima terminó sus estudios de profesora de Educación Infantil en 2011 y luego realizó un segundo ciclo de psicopedagogía para mejorar su preparación. Al acabar en 2013 empezó a buscar trabajo pero se encontró con el escollo de su bajo nivel de inglés. «Casi me decían en colegios y guarderías que el inglés era más importante que mi carrera». También estudió valenciano para poder opositar en la Comunidad «pero me pilló la congelación de plazas». «Estoy hasta las narices y he parado», confiesa, para añadir que «tenía muchas expectativas, mucho deseo de trabajar pero me he dado cuenta de que, por más que tengan formación, hay gente con mejor perfil. Me influye mucho pensar que para cada oposición hay 3.000 como yo. Además en las entrevistas, en el tú a tú, me pongo nerviosa. En la última entrevista me volvieron a decir que no tenía suficiente nivel de inglés, y era una escuela infantil».

Cima afronta el futuro con inquietud. «Echas cuentas y ves que no llegas a cotizar ni aunque quieras. He trabajado como animadora infantil o monitora pero siempre en negro. A mis 32 años tengo solo 7 días cotizados».