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6 de cada 10 nuevas casas se construyen en la Playa de San Juan

La edificación crece un 86% este año en Alicante, con el PAU 5 y la zona del golf como ejes principales

Nuevo edificio en el PAU 5 de la Playa de San Juan. JOSE NAVARRO

La Playa de San Juan está tirando de la edificación en Alicante. Seis de cada diez visados de construcción de nuevas casas entre enero y septiembre se solicitaron para los ámbitos del PAU 5 y el entorno del campo de golf, según los datos recopilados por el Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Alicante. En total en este periodo se aprobaron 720 licencias de nuevas viviendas, de ellas 471 en la Playa de San Juan.

Pero, ¿tiene capacidad la zona para absorber más viviendas y con ello más población? La asociación de vecinos y comerciantes Juntos Avanzamos ha alertado reiteradamente sobre los problemas que genera el que la población se multiplique por diez en verano, superando las 300.000 personas, como la falta de aparcamiento y el deficiente transporte público con Alicante.

Sin embargo, el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, explica que hay un planeamiento aprobado y si la solicitud de licencia se ajusta a lo que establece la normativa se tiene que dar. «Otra cosa es que luego haya necesidad de dotaciones para atender a los nuevos residentes, que también están previstas en el planeamiento. Sobre todo centros sanitarios y escolares, que dependen del Consell».

La tercera zona de expansión es San Blas, según los datos del Colegio de Aparejadores, sobre todo alrededor de los colegios Salesianos y Maristas, con 163 viviendas iniciadas en los primeros meses del año. En los PAUs 1 y 2, los vecinos calculan que en los próximos años habrá 10.000 residentes más. Le sigue el centro de Alicante, con 55 viviendas nuevas. Las 31 restantes se reparten por distintos barrios. En la Albufereta se aprovecha el mínimo espacio para construir, como un solar que había en la Isleta.

Estos datos avalan la aceleración en el ritmo de recuperación de la construcción de viviendas en la ciudad, un 86% más que en el mismo periodo de 2016. Lo llamativo es que hasta junio sólo se habían concedido 257 permisos para construir, es decir, que la mayoría se aprobaron en verano.

Estos datos contrastan con las quejas de la Asociación Provincial de Promotores (Provia), que hace un mes alertó de que hay más de un millar de viviendas cuyos expedientes, en manos de la Concejalía de Urbanismo, han superado el plazo máximo de dos meses que marca la legislación para conceder la licencia de construcción.

Esto, según los promotores, supone la paralización de una inversión aproximada en Alicante de más de 315 millones de euros que podrían suponer la creación de más de 2.400 empleos. Pavón negó en cambio que exista paralización. «Todas las licencias se están tramitando, se están sacando adelante expedientes que estaban atascados desde el año 2008. Los técnicos están haciendo un esfuerzo muy importante para hacerlo en plazos razonables pese a los escasos recursos de que disponemos. Ni Recursos Humanos ni Hacienda -áreas que dependen del PSOE en el tripartito- han movido ni un dedo para poner recursos económicos ni de personal a disposición de Urbanismo. En ese contexto de escasez estamos sacando adelante las licencias», dijo el edil de Guanyar.

Sin embargo, Pavón no supo cuantificar en cuánto se ha reducido el atasco de expedientes, y aseguró que se tarda más en casos complejos en los que se necesita pedir informe a la Conselleria de Cultura por la protección de un determinado edificio. «A veces el retraso se debe al promotor, que presenta algo que no se ajusta a la normativa y se ha de subsanar».

Por su parte, el presidente del Colegio de Aparejadores, Martín Pomares, habló de «repunte». «Hay menos licencias que en los buenos tiempos, en que se dieron multitud. Después cayeron en picado con la crisis, que empezó en la costa pero continuó en el interior, de ahí que afectara a Alicante, que no es costa en sentido playa, y ahora hay un aumento moderado».

Pomares recordó lo volátil del mercado inmobiliario, «que cuando se recupera se extiende como una mancha de aceite», y lo inestable del dinero, «que se asusta pronto». De ahí que exista cierta preocupación por la situación política en Cataluña, «todo influye, se estima que el PIB decrecerá. Aunque la construcción tiene mucha inercia porque es a largo plazo y quizá se note algo menos, sí o sí tendrá influencia. Posiblemente nos arrastre un poco».

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