El presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunidad Valenciana y vicepresidente del Sindicato del Acueducto Tajo-Segura, José Andújar, exigió ayer al Ministerio de Agricultura y al Consell que pongan ya las bases para redactar un Pacto Nacional del Agua que incluya la interconexión de todas cuencas para que el agua fluya por toda España. Los agricultores calculan que hay 50.000 hectómetros cúbicos de agua en España que se van todos los años al mar por las desembocaduras de los ríos, y reclaman 2.000 hm³ de ese caudal «que acabaría con nuestros problemas y nos blindaría contra la sequía.

El Ministerio tiene desde septiembre un informe técnico con las soluciones que pasaran por derivar agua del Ebro, del Duero al Tajo y del Tajo al Júcar. Por supuesto que ahora mismo la sequía es atroz pero los deberes se tiene que hacer antes. En España hay agua para todos, incluso sobra», aseveró Andújar. La reunión de ayer se produjo tras la asamblea del sábado de Riegos de Levante , la comunidad más importante de regantes de España en la que ya se puso sobre la mesa la imperiosa necesidad de contar con agua. En estos momentos solo queda agua de riego para un mes y están amenazadas 29.000 ha.

El presidente de la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó, Andrés Martínez, recordó ayer, y a la vez exigió al Ejecutivo de Mariano Rajoy, que aplique al campo el artículo 149 de la Constitución, que en su punto 22 recuerda que el Estado está en la obligación de garantizar que el agua llegue a todas las partes de España. En concreto, Martínez recordó el texto concreto que confiere al Gobierno «la legislación, ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos cuando las aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma, y la autorización de las instalaciones eléctricas cuando su aprovechamiento afecte a otra Comunidad o el transporte de energía salga de su ámbito territorial. ¿Por qué se puede llevar la luz de un punto a otro y no ocurre lo mismo con el agua?», sentenció Martínez.

Interconectar las cuencas o la desaparición a medio plazo de la agricultura mediterránea. No hay más. Este es el mensaje que lanzó ayer al Gobierno el Foro Proagua de la Provincia de Alicante (42 entidades agrícolas, Cámara de Comercio y Universidades de Alicante y Elche) que se reunió en Alicante para analizar la dramática situación que sufre el sector en la provincia tras el cierre del trasvase Júcar-Vinalopó, las restricciones de agua para riego desde el propio río, y el hecho de que las desaladoras no han servido para paliar la sequía cuanto más se las necesita porque el caudal se ha destinado al consumo urbano.

Para colmo José Andújar, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunidad Valenciana, alertó de que se ha comprobado que el agua que sale de las plantas tiene un gran contenido en boro, metal que seca el arbolado.

Soluciones por escrito

El Sindicato de Regantes del Acueducto Tajo-Segura remitió en septiembre un informe al Ministerio de Agricultura (dos meses después no hay respuesta) en el que plantearon una serie de proyectos con los que los agricultores consideran que se podría amortiguar e, incluso solucionar, el problema de la falta de recursos en la zona hortofrutícola más importante de España (Comunidad Valenciana, Murcia y Almería) en contribución al PIB y que mantiene, además, cien mil empleos.

Entre las medidas destacan tres opciones que, según el Sindicato, debieran acometerse a medio plazo. El informe alerta de que se necesita un caudal adicional de 205 hm³ al año al margen de los recursos que pueda enviar el hoy cerrado trasvase desde Entrepeñas y Buendía. Y en cuanto a las medidas tres son las prioritarias. El aumento de la producción de agua desalada en las plantas de Torrevieja, Águilas y Valdelentismo y su conexión con el embalse de la Pedrera (el agua saldría no obstante a 0,65 euros el metro cúbico a pie de desaladora), la conexión del trasvase con el Júcar-Vinalopó desde Villena y un nuevo trasvase del Ebro, que partiría desde el Canal de Imperial de Aragón (cuenca media) y sólo funcionaría siete meses al año.

La solución de la conexión Júcar-Tajo consiste en la construcción de una tubería que deriva directamente en carga de la conducción troncal del postrasvase Júcar- Vinalopó a la altura de la balsa de los Cabezos en el entorno de Villena y cuyo punto de entrega es el embalse de la Rambla del Moro, en el Azud de Ojós y, por tanto , todo el postrasvase Tajo-Segura. La conducción tendría una longitud de 64,5 kilómetros. El coste de agua es del orden de 0,15 ?/m3 si el periodo de funcionamiento alcanza los diez años y se trasvasarían 35 hm3/año.