Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las confesiones religiosas piden espacio para enterramientos

La falta de tumbas en suelo obliga a menudo a musulmanes y cristianos ortodoxos a trasladar los restos fuera de Alicante e incluso del país

Imagen del espacio destinado a cementerio judío en Benidorm, donde hay 39 tumbas actualmente. DAVID REVENGA

Musulmanes, cristianos ortodoxos y en menor medida judíos -tienen un recinto propio en el cementerio nuevo de Benidorm- sufren el problema de falta de espacio para enterramientos en suelo, común a la mayoría de camposantos de la provincia, ya que estas religiones sólo permiten las inhumaciones en suelo, pero no en altura (nichos) y prohíben las cremaciones. El hecho de que uno de cada tres católicos elija la incineración alivia en parte el problema de escasez de tumbas en suelo porque, como ocurre en el camposanto de Alicante, sólo se construyen nichos y columbarios, y se entierra en sepultura cuando se rescata alguna concesión que ha caducado.

En la comunidad islámica, formada por más de 46.000 personas, la mayoría de las familias optan por repatriar a los fallecidos a sus países de origen, con un elevado coste, a partir de 4.000 euros en los más cercanos , como Argelia o Marruecos. Lo mismo ocurre con la comunidad cristiana ortodoxa que integra a cerca de 67.000 personas en la provincia, sobre todo rusos y rumanos, pero también búlgaros, griegos, ucranianos, georgianos, bielorrusos, serbios, moldavos y etíopes. En su mayoría optan por repatriar «aunque salga carísimo, hasta 7.000 euros», destaca el padre Nicolás Vera, de la iglesia ortodoxa de San Andrés y San Nicolás de Alicante. «Aquí es un problema la falta de espacio para enterramientos en suelo», afirma.

En el cementerio de Alicante hay algunas tumbas de musulmanes diseminadas pero no cuentan con espacio propio, que sí está contemplado en el plan de ampliación que el Ayuntamiento ha enviado al Consell para su aprobación definitiva. Aún no hay fecha para esta actuación que prevé duplicar la superficie del camposanto inaugurado en 1918.

Belkacem Melal, secretario de la comunidad islámica de Alicante, explica que para ellos es una necesidad porque la población musulmana «es muy grande» y tienen que enterrar en València, en Andalucía o en los países de origen ya que el camposanto de Murcia, que antes acogía a los musulmanes alicantinos, está acotado a los residentes en la región. «Existe la voluntad política de darnos un espacio y hemos visto los planos pero se lleva hablando del tema desde 2008», recuerda. La ampliación del camposanto permitirá también destinar una zona para el rito judío, comunidad que igualmente lleva muchos años pidiéndolo. En Benidorm hay cementerio hebreo desde 1993, con 39 tumbas, explica Elena Winston, representante de una comunidad que en la provincia está formada por 1.200 familias.

«España es un estado aconfesional y se entierran personas de todas las religiones en los cementerios municipales», explican trabajadores del camposanto de Alicante. «Tenemos un cuadrante hebreo con una quincena de tumbas -en las que es visible la estrella de David-, hay panteones chinos y tumbas diseminadas con inscripciones islámicas. Siempre se intenta enterrarles como les gusta, sin caja pero en tierra (a los musulmanes). La mayoría de veces piden fosas en suelo y si hay disponibilidad se les da. Enterramos personas de todas las religiones sin discriminación. Otra cosa es que tengan recinto propio», que por ahora no existe.

Compartir el artículo

stats