«Halloween tiene un sentido de juego y de fiesta que para los niños desmitifica la muerte, y les ayuda a entender que a todos nos llega. Ha triunfado entre las generaciones más jóvenes, en los colegios y guarderías, aunque a los más tradicionales no les guste», señala el sacerdote Antonio Vivo, canónigo de la Concatedral de San Nicolás y prelado de honor de Su Santidad. Es la visión de un veterano religioso alicantino sobre el auge de Halloween, la fiesta anglosajona que conmemora la noche de muertos, de difuntos o de brujas que, lejos de asustar a los más pequeños, les divierte a la vez que les ayuda a entender la muerte a través del juego. Como el truco o trato y las fiestas de disfraces de colegios, asociaciones, hogueras y el propio Ayuntamiento; las bromas y lecturas de historias de miedo y las películas de terror.

La palabra Halloween deriva de la contracción de la frase inglesa «All Hallows' Eve», que en castellano se traduce como víspera de Todos los Santos, y tiene su origen en una conmemoración celta y en la propia festividad cristiana del Día de Todos los Santos. Fueron los inmigrantes irlandeses los que llevaron esta fiesta a Estados Unidos. Se celebra la noche del 31 de octubre sobre todo en el mundo anglosajón pero cada vez tiene más adeptos en Latinoamérica y en España.

Ya este fin de semana se vivirá en restaurantes, bares y pubs. Este año vuelve Hallowfest, el III Festival del Terror de Alicante en el que colabora la Concejalía de Cultura, que empezó ayer en el parque del Ingeniero de Tranvías con baile zumba-zombie, pasarela de disfraces y música ambiente celta, así como actividades «hallowkids» para los más pequeños con maquillaje infantil y zombie; túnel del terror y habitación del pánico. Actividades que en su mayoría se repetirán también hoy. Como los talleres de calabazas, que en su mayoría se cultivan en Murcia. Este año 700.000 unidades de la variedad americana, que es redonda, más anaranjada y fina, para que se pueda tallar.

Muchas guarderías celebran la fiesta anglosajona, de hecho se ha disparado la demanda de disfraces para bebés. También cada vez más colegios hacen actividades relacionadas con Halloween, fiestas o talleres de calabazas. En algunos, como el colegio público Enric Valor de Alicante, la actividad forma parte de las actividades de la asignatura de Inglés.

En cuanto a los disfraces más demandados, son sobre todo los payasos diabólicos por el reciente estreno de la nueva versión de la película «It». Lo mismo ocurre con la muñeca Annabelle. Es lo más vendido en las tiendas de Alicante, junto a las máscaras de Trump y los productos para crear sangrientos maquillajes, y las lápidas, telas de araña o esqueletos para decorar bares y pubs. En la propia calle hay fiestas de truco o trato, sustos y concurso de disfraces, como ayer en Poeta Quintana. Algunas hogueras se adelantan y aprovecharán el sábado para sus «fiestas del horror».