Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Contracrónica

Hay gallo nuevo en el corral

El portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, fue atacado sin compasión por el edil socialista de Recursos Humanos, Carlos Giménez

Hay gallo nuevo en el corral

Cuando Aristóteles concibió su Principia Mathematica, libro que por cierto no ha llegado hasta nuestros días y sobre el que algunos estudiosos teorizan que el Vaticano guarda celosamente el único volumen que hay en el mundo, poco podía imaginar el filósofo y científico que veintitrés siglos después, en el Ayuntamiento de Alicante, los concejales andarían tirándose a la cabeza tres conceptos que regaló a la posteridad: la aritmética, la ética y la lógica.

La aritmética -por la suma, resta y división de los concejales del tripartito y de la oposición-, permitió que anoche fueran humillados el alcalde y el vicealcalde del tripartito. El socialista Gabriel Echávarri fue reprobado con gran dureza gracias a la abstención de sus socios de Guanyar, y el portavoz de esta formación, Miguel Ángel Pavón, fue atacado sin compasión por un Carlos Giménez (concejal del PSOE en Recursos Humanos), quien abandonó su proverbial discreción y quiso dejar claro con su actitud que si hay cambio de alcalde en Alicante, por el PSOE él está en la carrera.

Por mor de la aritmética y en honor de la sufrida ética, en las actas de la sesión del pleno del 26 de octubre de 2017 las generaciones futuras de políticos alicantinos podrán leer que la portavoz de Ciudadanos, Yaneth Giraldo, opina que Gabriel Echávarri lidera un equipo de gobierno «que es el camarote de los hermanos Marx», que gobierna «desde el capricho y con totalitarismo» y que «solo defiende sus intereses personales y partidistas».

En los anales municipales quedará constancia de que el portavoz del PP, Luis Barcala, considera que «es el peor alcalde que ha tenido la ciudad», que tiene «actitudes chulescas y prepotentes», que «es el lo más desleal que ha pisado este pleno» y que siempre «está conspirando contra todos y contra todo, incluso contra quienes le apoyan para gobernar».

Quienes puedan tener algún interés en conocer cómo era realmente Echávarri quizá no den crédito a la oposición, por aquello de tratarse de una parte interesada en dejarle mal, y busquen el análisis de quienes supuestamente más íntimamente deben conocerle, sus socios de gobierno. De esta manera, accederán a las frases del vicealcalde de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, para quien el socialista es alguien que «exige a otros un nivel ético lejos del que se exige a sí mismo» y «no dimite, se aferra al sillón, garrapateando». Es posible que no se aclaren con lo que piensa el otro socio de gobierno, Natxo Bellido, quien asegura que «hay muchas cosas que no nos gustan. He sido crítico con el alcalde y con el vicealcalde», pero poco más.

Puede que los historiadores locales del momento se sorprendan de que ante tal avalancha de descalificaciones el alcalde no se defendiera. Pese a que todo el mundo sabe que la mejor defensa siempre es la que uno hace de sí mismo, Echávarri mandó a luchar contra los elementos a su segunda al mando, la portavoz del grupo municipal del PSOE, Eva Montesinos, quien atacó como pudo al resto, pero decir a favor del alcalde dijo poco o casi nada. Digno de mención, su afirmación de que «llegará un momento en el que nadie decente, nadie decente, y sé por qué lo digo, quiera estar en política», postulado que, por cómo lo dijo, más parecía destinado a sí misma, quien hoy tiene que declarar en el juzgado como investigada por un presunto caso de acoso laboral en Deportes.

Como el tripartito de Alicante aplica a rajatabla el axioma de Groucho Marx de que «la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados»; el PSOE, con la certeza de que su alcalde iba a salir malparado en la sesión de ayer, y teniendo en cuenta que la mejor defensa es siempre un ataque, dejó en el verbo del edil de Recursos Humanos, el socialista Carlos Giménez, la misión de empalar antes a Pavón.

Giménez, directamente, trató al portavoz de Guanyar como si este grupo estuviera ya en la oposición, y no a partir del 15 de noviembre si Echávarri no dimite, y, lo que es peor para la dignidad del vicealcalde, como si éste ya no fuera nadie. El edil socialista que más desapercibido pasa en las sesiones plenarias irguió la espalda y se convirtió en el nuevo gallo del corral, espetando al vicealcalde sus contradicciones con un «usted quiere votar en contra de sí mismo»; su falta de laboriosidad en las áreas que gestiona, «haga el Plan General y limpie la ciudad»; y hasta se atrevió a retarle, «no espere a irse el 15 de noviembre, hágalo hoy mismo -por ayer-y deje que la ciudadanía vea la luz de la gestión que usted ensombrece». Giménez remató dirigiéndose al resto de concejales de Guanyar, a quienes nombró uno a uno, animándoles a incurrir en traición. «No le tengan miedo, reúnanse y relévenle como portavoz». Como el secretario no incluye por escrito los sonidos que se producen en paralelo, los observadores imparciales del futuro, dentro de unas décadas, no podrán preguntarse el porqué Julia Angulo (Guanyar) aplaudió. Un misterio por resolver.

«¡Vaya pleno!», condensó el concejal del PP José Ramón González. «Esto es un campo de batalla», constató el concejal tránsfuga Fernando Sepulcre, antes en Ciudadanos. Carlos Giménez no pudo ver la sonrisa lavenganzasesirveenplatofrío que ocupó a partir de ese instante el rostro del edil Miguel Ángel Pavón y que augura epopeyas venideras de las que sobradamente ha dado pruebas en otros tiempos.

«Dicen que es mejor tener a los enemigos cerca», asevera Jon Snow en el episodio 3 de la temporada 5 de la serie Juego de Tronos. «Quien dijera eso no tenía muchos enemigos», le advierte Stannis Baratheon.

Compartir el artículo

stats