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El Taibilla solo garantiza el agua para el abastecimiento urbano hasta enero de 2018

La Mancomunidad que suministra caudal a 34 municipios, entre ellos Alicante y Elche, tiene reservas únicamente para fin de año

El cierre del trasvase Tajo-Segura el pasado mayo comienza a pasar factura también al abastecimiento urbano. TONY SEVILLA

La Mancomunidad de Canales del Taibilla ha alertado a los 34 ayuntamientos a los que abastece de agua en la provincia de que si no se producen lluvias extraordinarias en los próximos dos meses (octubre se da por liquidado) en enero llegarán los primeros cortes de agua en el abastecimiento urbano debido a que se han agotado las reservas que quedaban del trasvase del Tajo -cerrado-, no hay agua en el río y las desaladoras de Torrevieja y Agua Amarga no pueden cubrir la demanda total, a pesar de que haber aumentado un 20% su capacidad de producción de agua dulce y que desde este mes su caudal sólo se destine al suministro urbano.

El Tajo-Segura seguirá cerrado, al menos, durante el primer semestre de 2018 ya que en los embalses de Entrepeñas y Buendía solo hay 238 hm³ -doscientos menos que hace un año- y a partir de enero la linea roja para el «no trasvase» está en los 400 hm³. En estos momentos, el 56% del agua que distribuye la Mancomunidad del Taibilla para consumo urbano es ya desalada, que llega a los 34 municipios de la provincia que dependen del Taibilla, entre ellos Alicante, Elche, Torrevieja y Orihuela, con un c0nsumo total de 5 hm³ al mes. En el caso del municipio de Alicante las restricciones sí están prácticamente descartadas gracias al caudal de los pozos del Vinalopó. En el Taibilla trabajan también ahora en la conexión con la desaladora de Valdelentisco pero la situación es de alarma general por la falta de lluvias.

El agua producida por la Mancomunidad de Canales del Taibilla para atender a la demanda de la población durante el pasado mes de septiembre alcanzó los 16,5 hm3, una cifra similar a la que se produjo en el mismo mes del año anterior.

En cuanto a sus orígenes, es notable el incremento de la producción de agua desalada, que alcanzó los 8,7 hm3, un 20% superior a la producida en 2016, habiéndose complementado con 4,3 hm3 con agua procedente del río Taibilla y 3,5 hm3 con recursos extraordinarios habilitados por la Confederación Hidrográfica del Segura, ante la ausencia de caudales procedentes del trasvase desde la cabecera del Tajo.

La desalación ha pasado a ser la principal fuente de producción, superando el 50 por ciento del total de los recursos utilizados. De hecho, está previsto que esta situación se mantenga ante la ausencia de precipitaciones en la cabecera del río Tajo, que permitan incrementar los recursos disponibles en los embalses de Entrepeñas y Buendía.

Jóvenes Agricultores Asaja Alicante ha alertado también esta semana, por su parte, de que las cosechas de la Vega Baja han entrado en situación de emergencia por falta de agua y están en peligro 21.000 hectáreas de cítricos y casi 8.000 de hortícolas. Tras el cierre del trasvase Tajo Segura el pasado mes de mayo y las nulas perspectivas de que se active durante el presente año, al encontrarse los embalses de cabecera por debajo del umbral mínimo trasvasable, los agricultores ya no pueden regar y dependen únicamente de que se produzcan precipitaciones durante las próximas semanas que eviten la pérdida de los cultivos y el consiguiente descalabro económico.

Para colmo, esta semana se han quedado sin el agua de la desaladora de Torrevieja, que se mezclaba con la del trasvase en el embalse de la Pedrera para su uso posterior en el regadío.

El nuevo año hidrológico ha arrancado marcado por una situación de incertidumbre y emergencia muy preocupante para el sector agroalimentario de la Vega Baja, comarca que representa el 53% de la superficie cultivada en la provincia de Alicante y que cuenta con la presencia de cultivos de regadío con importantes rendimientos económicos y de producción, como los cítricos y los hortícolas.

El tercer año de grave sequía., sumado al cierre del trasvase Tajo Segura y a las escasas posibilidades de que éste se active durante el próximo invierno, coloca a los agricultores en una difícil encrucijada que en estos momentos solo puede mitigarse si en las próximas semanas se producen precipitaciones que rieguen las tierras.

Por otro lado, la Generalitat ha prorrogado hasta final de mes la prohibición de las quemas agrícolas en terrenos forestales porque el campo ese un auténtico polvorín por los meses que lleva ya sin llover bien en la provincia que ha resecado la vegetación.

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