Nada más entrar en la oficina central de la Volvo Ocean Race uno se encuentra con la madrileña Isabel y la italo-argentina Mariana que prácticamente son como las madres de todos los que trabajan allí, y que se encargan, desde 2010, de todo lo que necesitan ellos y de los que llegan por tiempo limitado.

¿Vuestro trabajo varía del resto del año a estos días de Volvo?

Isabel Cirilo: No varía mucho, pero sí se incrementa. Durante el resto del año tenemos un horario más de oficina hasta las cinco de la tarde, pero ahora, además de reforzar la recepción con un par de personas, trabajamos más porque también trabajan más el resto de los compañeros de la oficina.

Mariana Viqueira: Estos días hay más gente y tenemos que llevar el control de todo, desde quién entra y con quién viene, hasta si hay agua en la cocina para los trabajadores. En estos momentos la gente en la oficina se llega a triplicar y tenemos que tener más ojos y más manos de lo normal.

¿Cómo se controla toda la gente que entra en la sede?

I.C: De la manera en la que paramos un poco al público es con la puerta, hay que tener un pase personal de seguridad, por lo que haí hay un primer filtro. Estos días tenemos que llevar más control con todo, pero nos organizamos bien.

M.V: Además recibimos mucho material y nos toca recibirlo y gestionarlo. Tener al día todo el material de la oficina, la comida, organizar la limpieza los proveedores... es como una casa y hay que mantenerla, todo pasa por aquí.

¿Gestionáis muchas cuestiones clave estos días?

I. C: Muchas. Desde las visitas oficiales de CEOS de marcas y equipos hasta parte de las visitas del museo que, en ocasiones, acaban en el Race Control porque es el gran atractivo durante la regata y tienes que contar todo lo más interesante de esta oficina a todos.

¿Cómo es vuestra relación con el resto de los trabajadores?

I. C: Somos muy conocidas en la oficina, nos tratan como si fuéramos las madres de todos. Desde que empezamos hace 8 años ha entrado mucha gente nueva, Volvo tiene una plantilla muy joven y al final los conoces a todos, pero cada Volvo es como una empresa nueva, con caras nuevas...

M. V: Somos una gran familia, hay que tener en cuenta que la mayoría de la plantilla no es de Alicante y al final haces piña con compañeros y se agradece.

¿Qué implica para vosotras formar parte de la Volvo?

Ambas: Es una forma de vida, tenemos la sensación de que Alicante no termina de entender lo que aquí hacemos, pero para nosotras es más que un trabajo.