Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

Un tripartito insostenible

La escalada de tensión entre Echávarri y Pavón bloquea aún más la acción de gobierno y debe obligar a que los tres socios tomen decisiones

Natxo Bellido y Miguel Ángel Pavón, que han anunciado su salida del tripartito de Alicante si no dimite el alcalde, Gabriel Echávarri, en una imagen reciente. álex domínguez

La situación que atraviesa el tripartito de Alicante es cada día más insostenible. Y no sólo eso, sino que el «paciente» empeora con el transcurso de las horas por los continuos mensajes en público que han empezado a intercambiarse durante esta semana los dos socios más irreconciliables, el alcalde Echávarri y el vicealcalde Pavón. Ya nadie disimula y la tensión es irrespirable. Lo admiten, por separado, los tres grupos municipales [PSOE, Guanyar y Compromís] que integran un equipo de gobierno que ha convertido el escenario político del Ayuntamiento en un auténtico combate de boxeo, donde cada golpe resulta relevante y donde cada error puede ser determinante, incluso irreversible. Conscientes de ello, prefieren el dardo de la palabra a los hechos consumados.

Así, las piezas siguen todas inmóviles dos semanas después de que una juez decidiera abrir una investigación contra el alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, por el presunto fraccionamiento de contratos a raíz de las denuncias presentadas desde la oposición municipal (PP y Cs).

El regidor socialista ha dicho desde el primer día que descarta dimitir, alegando que su salida devolvería el Ayuntamiento de Alicante a manos del PP, ya que el tripartito en un futurible pleno de investidura estaría en minoría tras la expulsión de Guanyar de la ahora tránsfuga Nerea Belmonte. Si ningún candidato lograse sumar 15 votos a favor, Barcala se convertiría en el nuevo alcalde de Alicante, devolviendo al PP al Ayuntamiento apenas dos años después de perder el poder en las urnas.

Los socios, ante esa negativa de Echávarri, anunciaron casi desde el minuto cero que romperán el pacto de gobierno si no se producen cambios en la Alcaldía. Eso sí, todavía no han puesto fecha concreta a su salida del gobierno local. Y mientras deciden cuándo dejarán al PSOE al frente del Consistorio alicantino en insólita minoría (sólo tendría 6 de 29 ediles), Guanyar se ha puesto el mono de dura oposición, que con tanta firmeza lució la pasada legislatura, y ha pasado al ataque directo contra Echávarri, hasta llegar a compararlo con Sonia Castedo (PP).

Y el socialista, que se había creído en los últimos meses la idea de no arremeter en público contra sus socios, ha decidido hacer frente a las palabras de Pavón, que arrancó la semana diciendo que no le «parecía de recibo» que el alcalde representara a Alicante en la Volvo al estar investigado por la justicia. Así, en la inauguración del recinto que acoge la salida de la regata, el socialista empezó a disparar contra Guanyar, aunque no necesitó ni mencionarles, calificándoles de «populistas» y, sobre todo, de tener una visión «paleolítica» de la política. La crítica se prolongó apenas unas horas después, durante la celebración a la mañana siguiente de los actos por la Patrona de la Guardia Civil. Y entre las palabras de Echávarri han ido llegando las respuestas de Pavón. Un cruce público de dardos que han vuelto aún más asfixiante el ambiente en el tripartito. Sin embargo, nadie hace nada efectivo.

Echávarri, que sigue firme en seguir en la Alcaldía siempre que no se le abra juicio oral, espera que Compromís dé marcha atrás en sus exigencias de dimisión y acepte la «refundación» del tripartito en un bipartido, sin Guanyar, y con unos objetivos determinados para llevar a cabo en los menos de veinte meses que restan de mandato. Con esa meta, el PSPV se ha puesto también manos a la obra, aunque por ahora no se han registrado avances concretos. Bellido y los suyos, mientras tanto, siguen hablando siempre en un nivel correcto y sin ninguna salida de tono hasta el momento de que su paciencia se acabará a finales de este mes, coincidiendo con el pleno ordinario de octubre, aunque admiten que la fecha puede variar, ampliar plazos, si se abriesen negociaciones entre los también socios del Pacto del Botánico.

Por su parte, en Guanyar, donde ya se han quitado las caretas de las formas, dicen que la asamblea que decidirá su futuro se celebrará a finales de la próxima semana o a principios de la siguiente. Concreto, por ahora, no hay nada. Echávarri sigue y sus socios no se van. Una situación insostenible.

Compartir el artículo

stats