«Todo empezó de manera sencilla, [...] el hip-hop entró en mi vida y me atrapó como un imán...». Las sílabas del alicantino Ignacio Fornés, Nach, fueron el altavoz ideal de los casi cinco mil asistentes que disfrutaron anoche en el Music Village de un idílico tributo al rap patrio, que tanto le debe al cantautor criado entre las aulas del IES Jorge Juan y las canchas del hipódromo y que tanto y tan bien paseó el nombre de Alicante por todos los rincones del planeta.

Al mismo nivel, la gaditana Mala Rodríguez, santo y seña del estilo en España (su disco «Lujo ibérico» es el más vendido en la historia del hip-hop en nuestro país), que tiñó el escenario de chulería y sensualidad roja con ese estilo suyo tan peculiar, tan definido, tan inimitable.

La velada, la más potente musicalmente de este carrusel de conciertos de la Volvo Ocean Race, arrancó con Dj Freazer, Acción Sánchez, de SFDK, y el sevillano Legendario como teloneros y fue un auténtico homenaje al hip-hop, un género que va mucho más allá de la música y al que le ha costado hacerse un hueco digno en el espectro nacional. Lejos de prejuicios, lejos de estereotipos erróneos y pretenciosos.

Con esa acertada y valiente apuesta de Alicante y el espaldarazo de un público entregado, irrumpió La Mala Rodríguez con «Egoista», uno de los temas de «Bruja», su último disco. Tras él y entre ráfagas de fuego y rodeada de un grupo de bailarinas de quiebros imposibles llegaron clásicos como «La niña», «Tengo un trato», «Por la noche» o «Tambalea». Después de una hora de concierto y bajo una nube de confetis, al son de «La rata» daba paso a Nach, el innegable impulsor del rap en la ciudad allá por los cada vez más lejanos años noventa.

El cantautor alicantino, auténtico señuelo y cabeza de cartel de las actuaciones de este Music Village 2017, pobló de versos una idílica y centelleante noche en la que fue profeta en su tierra, a la orilla del Mediterráneo.

«Leyenda» fue el prólogo de lo que impregnaría Nach sobre el escenario durante toda la actuación, una continua retahíla de éxitos pasados y actuales: temas de su último disco, tracks de álbumes anteriores, clásicos de su carrera, colaboraciones nuevas con un sinfín de matices. Los clásicos «Ser o no ser», «El camino del guerrero» o «Chico problemático» fueron aupados como himnos oficiosos del rap por un público que puede asegurar, sin titubeos, que ha crecido con las rimas de su convecino, un héroe con doble personalidad: el rapero que escribe poesía y el poeta que hace rap.

Arkano, invitado estelar

La guinda de la noche la puso el también alicantino Arkano, récord mundial Guinness hace justo un año por rapear durante más de un día sin pausa, que apareció en el escenario por sorpresa y para el delirio de los casi cinco mil presentes.

El joven cantante irrumpió a mitad de actuación de Nach, su amigo con quien ha grabado recientemente al alimón Con la cabeza alta para el disco «Bioluminiscencia», que salió a la calle la pasada semana. Ambos la interpretaron y Nach cerró una noche con innumerables guiños a su ciudad: «es la hostia estar aquí con mi gente, hemos pisado desde la infancia el mismo suelo y me quiero ir con la garganta destruida».

«Palabras», «rap español», «anochece» o «me llaman» cerraron un concierto que Alicante despidió a gritos de «Nacho, Nacho».

Un concierto fallido

El pasado jueves estaba previsto que el cantante madrileño C. Tangana actuara en el Music Village Alicante, pero faltó a la cita al alegar «ingreso hospitalario». El desencanto evidente de la gente que había comprado la entrada para el concierto fue descomunal y la organización comunicó que, pese a ser cuestiones ajenas a ellos, el ticket sería válido para cualquiera de los siguientes conciertos, entre ellos, el de anoche.