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Un acto de lo más alicantino

Hasta La manta al coll sonó en la inauguración de la cuarta edición de la Volvo Ocean Race

El público abarrotó las instalaciones de la Volvo.

Nanos y gegants, moros y cristianos, espectáculos de fuego, una hoguera, dulzaina y tabalet y hasta La manta al coll... Nadie puede negar el marcado carácter alicantino de la inauguración de la Volvo Ocean Race de ayer, tal como pretendieron los organizadores, aunque seguro que no fue cosa suya lo de que protagonizara el acto otra vez un alcalde imputado -investigado, como lo llaman ahora-, ni que en los corrillos de los políticos se hablara más de las peleas del tripartito que de la situación en Cataluña, lo que ya es decir para lo que está cayendo en el país. Sin embargo, a diferencia de la inauguración de hace tres años, cuando sus compañeros de partido huían como de la peste de Sonia Castedo, la imputación de Gabriel Echávarri por el presunto fraccionamiento de contratos en el área de comercio, no se visibilizó en la apertura más allá de los chascarrillos de asesores y políticos; y el alcalde no cedió un ápice de protagonismo en la cabecera de la comitiva junto al presidente del Consell, Ximo Puig, y la vicepresidenta, Mónica Oltra.

Fue el alcalde quien recibió frente a la entrada principal del village al presidente Puig. Antes fueron llegando el resto de autoridades solas o en compañías, en algunos casos de lo más curiosas, como la aparición del edil tránsfuga de Ciudadanos, Fernando Sepulcre, con el portavoz municipal del PP, Luis Barcala, y otros concejales populares, o la coincidencia de la concejal de Deportes, Eva Montesinos, con el presidente de la Federación de Hogueras, Manuel Jiménez.

A la espera de la llegada del presidente de la Generalitat, políticos, empresarios y representantes de la sociedad alicantina aguardaban ya dentro del recinto en corrillos en los que, mientras unos hablaban del nuevo frente que se abre al gobierno local con la imputación a Eva Montesinos, otros evidenciaban la ausencia de los concejales de Guanyar en el acto. «Es que si viene ahora Pavón cierra esto por exceso de ruido», bromeaba un edil del equipo de gobierno mientras sonaban los tambores de una batucada y los gigantes bailaban a ritmo del tabalet.

Al margen de los políticos, empresarios y periodistas, miles de personas anónimas no quisieron perderse la inauguración y recorrieron a su aire la zona Volvo visitando los pabellones y disfrutando del buen tiempo, bien diferente de la lluvia que cayó en la inauguración de hace tres años.

Desde antes de las seis de la tarde, hora prevista para la inauguración, se formaron grandes colas a la entrada y se colapsó el tráfico en el puerto y en la Plaza del Mar. Una vez dentro, lo más comentado fue la ausencia de los barcos que participarán en la regata y que no pudieron llegar ayer como estaba previsto desde Lisboa por falta de viento. «Pues habrá que volver mañana» comentaba una mujer a otra mientras se hacían fotos con los miembros de las dos escuadras de Moros y Cristianos de Villena que participaron en la inauguración. «Mira, esa es Mónica Oltra, y ese es el presidente de la Generalitat» señalaba una mujer a su pareja al paso de la comitiva al tiempo que una señora intentaba acercarse a la primera línea de autoridades para sacarles fotos. «Luego la mayoría las tiro, pero me gusta verlos», confesaba a los fotógrafos profesionales.

Más malicioso, un político le señalaba a otro el corpiño rojo palabra de honor de Mónica Oltra «que ya se ha olvidado de las camisetas aquellas reivindicativas que llevaba», y no faltó quien rió de forma más o menos disimulada cuando el presidente Puig en su discurso se hizo un lío al aludir a la Volvo Ocean Reig. Pero ya se sabe lo aficionados que somos en estas tierras a tirar con pólvora.

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