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Rogelio Fenoll

Boicots

Los boicots que tanto gustan a una parte de la población comenzaron hace más de una década, a la par que la tortuosa reforma del Estatuto catalán que acabó tumbada por el Tribunal Constitucional

Un popular grupo de face, con unos 20.000 seguidores, que al parecer nació para dar visibilidad y mostrar orgullo por «lo alicantino», ha colgado esta semana un larguísimo listado de empresas catalanas para que sus miembros no compren sus productos. Como la lista es eterna y cuesta memorizar, se informa de cómo descubrir si un artículo procede de Cataluña fijándose en los números que acompañan a los códigos de barras, y que no reproduciré. Con una ojeada rápida descubrí que en el catálogo de empresas se incluye a una conocida marca alicantina de turrón asentada en Xixona. Alguien advirtió el error, pero su comentario se perdió entre el regocijo general al disponer por fin de un repertorio tan completo, aunque falso. Que la verdad es la primera víctima en un conflicto lo sabemos desde hace un siglo, pero esta semana lo hemos visto sobradamente en forma de fotografías que no fueron, fotomontajes, declaraciones manipuladas en formato memes y otras mentiras que han corrido alegremente por las redes. Los boicots que tanto gustan a una parte de la población comenzaron hace más de una década, a la par que la tortuosa reforma del Estatuto catalán que acabó tumbada por el Tribunal Constitucional. Y hubo una firma que encarnó la rabia de los boicoteadores: Freixenet. Miles de personas identificaron -erroneamente- a esa empresa, y en general al cava catalán, con las pretensiones separatistas de una parte de Cataluña. Suelen ser los mismos que subrayan que los indepes son minoría pero extienden su boicot a toda la comunidad, tomando la parte por el todo. Ayer Freixenet y un puñado de sociedades afincadas en Cataluña anunciaron que seguirán los pasos del Banco de Sabadell o que estudiarán la posibilidad de cambiar su sede social en función de cómo evolucione la situación, pero me temo que a los odiadores les dará igual. La lista sigue ahí, expandiéndose por face.

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