Garantizar un salario mínimo vital, la libertad de asociación sindical, la participación de quienes trabajan en los asuntos de la empresa, el respeto de la negociación colectiva, de los convenios, la igualdad de trato entre las personas, la salud y seguridad en el trabajo, la protección social de quienes trabajan y de las personas a su cargo, la protección contra el despido, el acceso a la formación y el aprendizaje permanente y el equilibrio entre la vida privada y la vida laboral.

Esto es lo que piden Cáritas, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), CONFER, Justicia y Paz, Juventud Obrera Cristiana y Juventud Estudiante Católica en un comunicado con motivo de la celebración mañana del Día Internacional por el Trabajo Decente.

Además, han organizado mañana sábado la celebración de una Eucaristía presidida por el obispo, Jesús Murgui, en Nuestra Señora de Gracia en Alicante, a las 20 horas, a la que seguirá el gesto público "Pasarela de la precariedad" y un concierto a cargo de Grupo Confia y Emilia Arija.

"En España estamos asistiendo a un crecimiento del trabajo precario, que se presenta bajo las formas de la contratación temporal, la contratación a tiempo parcial y el empleo autónomo ficticio", alertan en el comunicado para advertir de que el empleo precario afecta principalmente a las personas más vulnerables, que corren riesgo de discriminación, pobreza y exclusión, además de a la juventud.

"Una remuneración insuficiente para una vida digna, condiciones laborales que dificultan la consecución de un proyecto vital a largo plazo; falta de perspectivas; la vulnerabilidad de la persona ante un retroceso en derechos laborales y un entorno laboral que atenta, en muchos casos, contra la salud e integridad del trabajador son el rostro visible de una economía al servicio del capital, donde la persona es un mero instrumento que sirve y es utilizada en función de los intereses que marca el mercado", denuncian.

Esta concepción, añaden "en cuanto no pone a la persona y su dignidad en el centro es contraria al proyecto del Reino de Dios y no puede ser aceptada desde una mirada cristiana de la vida".