Alicante, de nuevo en el vagón de cola. El Ministerio de Fomento ha vuelto a demostrar sus prioridades a la hora de la planificación ferroviaria en la Comunidad Valenciana al anunciar -a las pocas horas del nuevo éxito de la asociación empresarial AVE en Madrid en demanda del Corredor Mediterráneo- que el ministerio financiará con cargo a sus presupuestos una inversión de mil millones de euros para construir la gran estación central de València.

Generosidad suprema que contrasta con el bloqueo que sufre la estación intermodal del ferrocarril de Alicante, aplazada en 2010 por la crisis económica y que está ahora pendiente de que la operación urbanística en los terrenos liberados de vías genere las plusvalías suficientes para su ejecución, algo que no se sabrá hasta finales de la próxima legislatura, o sea sobre el año 2023. O con el futuro apeadero del AVE en Elche, que se vendió como estación y será una infraestructura de paso.

El ministro Íñigo de la Serna se da por satisfecho por haber salvado la sociedad Avant -60 millones de euros- pero tiene claro que en Alicante no habrá más inversión directa del Estado en ferrocarril que la destinada a terminar el Corredor Mediterráneo, y lo que pueda tocar de esa bolsa de 800 millones de euros abierta para mejorar la red de Cercanías en toda la Comunidad.

El AVE que conecta Alicante y Madrid gana año tras año pasajeros desde que llegó en el verano de 2014, y desde entonces colea también la situación de la estación-término, y de los terrenos liberados de las vías que se han convertido en una especie de vertedero ante la alarma vecinal.

No se ha avanzado y la estación, cuya remodelación para acoger el AVE costó seis millones de euros, se ha convertido en una infraestructura recubierta de planchas por la que pasan al año tres millones de pasajeros.

El propio ministro, Íñigo de la Serna, admite que se deben mejorar sus condiciones pero, pese a la lluvia de millones anunciada en València , la solución para Alicante se ha quedado a la espera de la diligencia con la que los socios de Avant, entre ellos el Ayuntamiento de Alicante (principal actor en estos momentos) resuelvan la operación urbanística sobre el suelo ya sin vías para generar los fondos necesarios para remodelar la estación actual.

El Ministerio de Fomento, el Ayuntamiento de Alicante y Generalitat, socios de la empresa Alta Velocidad Alicante Nodo de Transporte (Avant), acordaron a finales de julio que Adif asumiera la deuda bancaria de la sociedad de 60 millones de euros y que tenía Avant al borde de la liquidación.

De este modo, Adif y Adif Alta Velocidad abonarán a las entidades crediticias los importes pendientes cancelando la totalidad de la deuda vinculada a la obra al tiempo que todos los socios financiaran, en función de su participación accionarial, la urbanización y los costes operativos de la sociedad.

Los socios dotarán así, supuestamente, a la sociedad de liquidez suficiente para financiar, en función de su porcentaje accionarial, los costes de urbanización y operativos de acuerdo a las estimaciones realizadas por la propia Sociedad.

Los socios deben garantizar, mediante aportaciones propias -en proporción a su participación en Avant- la viabilidad de la sociedad y la ejecución de la actuación urbanística a planificar sobre los terrenos liberados, recuperando en el futuro estos fondos cuando se obtengan ingresos por la venta del suelo sin efectos para las arcas públicas.

En el acuerdo de julio quedó también plasmado negro sobre blanco que los excedentes de los ingresos obtenidos por la venta de suelos se invertirán en las necesidades de reforma, modernización o renovación que pudiera tener la futura estación intermodal. En València, el tema está resuelto.