Casi cinco meses después de que se realizara el informe y cuando ya ha transcurrido más de uno desde que se notificó al juzgado, el fiscal del proceso que investiga el asesinato de la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala se está planteando pedir el cotejo de los restos de ADN hallados en la vaina de uno de los proyectiles que acabaron con la vida de María del Carmen Martínez.

Tal y como informó este diario en su edición del sábado, la Policía localizó restos biológicos en uno de los casquillos que no coinciden ni con el ADN hallado en la mano izquierda de la víctima ni con el de Miguel López, uno de los yernos de la fallecida y principal sospechoso de su muerte. En ambos casos (en el de la vaina y en el de la mano) se trata de varones, sin que desde que se realizó el análisis (está fechado el 23 de mayo) se haya acordado ninguna diligencia para, al menos, excluir a quién podría pertenecer.

Solicitud de sobreseimiento

Ayer mismo, la defensa de Miguel López, el abogado Javier Sánchez-Vera, presentó un escrito en el juzgado que dirige el magistrado José Luis de la Fuente, instructor del proceso, en el que llama la atención sobre el hallazgo de estos restos «no coincidentes» con los de su cliente y avisa que, llegado el momento procesal que así lo permita, solicitará el sobreseimiento de las actuaciones para Miguel López.

Sánchez-Vera, quien reclama en el mismo escrito conocer el resultado del análisis del cotejo del ADN de la mano de María del Carmen con el hallado en el casquillo, sostiene ante el juez que el hecho de que ninguno de los dos pertenezcan a su cliente es «una prueba más de su inocencia». Una evidencia, afirma, a la que hay que sumar que tampoco le incrimine el análisis de las herramientas localizadas en su domicilio ni las pesquisas sobre las tardes de los viernes que Miguel López iba por el negocio familiar de automoción que regentaba, y en el que su suegra fue asesinada de dos disparos en la cabeza un viernes: 9 de diciembre pasado.

A la espera de que el fiscal decida qué hacer acerca de estos restos de ADN, y de que el instructor lo acuerde, la Policía ya ha despejado parte de las dudas: el ADN del casquillo no pertenece a ninguno de los agentes que estuvieron en la escena de crimen. Para ello, nada más tener conocimiento de su existencia, se sometieron a un cotejo con el de todos los policías que podían haberlo contaminado. Y dio negativo.

Muestras

Además de las dos vainas (localizadas ambas en la parte izquierda del Porsche Cayenne en el que el María del Carmen fue tiroteada, una a un metro de la rueda delantera y la otra a 40 centímetros de la trasera y a un metro de la víctima), al Laboratorio Territorial de Biología-ADN de la Brigada Policial de Policía Científica de la Jefatura Superior de Policía se enviaron otras cuatro muestras: una de la manilla de la puerta del coche, otra de un mando a distancia con dos llaves y las del ADN de María del Carmen y el del principal sospechoso.

El informe, del que pese a estar fechado en mayo no tuvieron conocimiento las partes hasta los últimos días de agosto, constata que en la manilla y en el mando a distancia únicamente se localizó sangre y restos biológicos de la fallecida.

En cuanto a las vainas, mientras en uno de los casos el ADN encontrado no es concluyente, en el otro se obtuvo un «halotipo parcial CrY». Un dato que permitió descartar que perteneciera a Miguel López y que tuviera alguna relación con el hallado en la mano izquierda de la fallecida.

Aun cuando no se rechaza que algunos de los presentes pudieran haber contaminado el casquillo al tocarlo, fuentes de la investigación destacaron la importancia de que, al menos a efectos excluyentes, se hagan las comprobaciones necesarias para aclararlo y, en la medida de lo posible, determinar a quién podrían pertenecer.

El resultado de los análisis de los restos de la vaina no sólo desvincula a Miguel López del proyectil sino también a sus dos hijos mayores por cuanto, según precisa el informe, el halotipo detectado sólo se hereda por vía paterna, con lo que «todos los individuos varones relacionados por vía paterna compartirían el mismo».