Un verano bueno pero ¿irrepetible? La apertura de las zonas turísticas de Túnez (sin tasas adicionales al alojamiento y con precios un 20% más baratos que los del sector turístico provincial) ha encendido todas las alertas en el sector hotelero de la Costa Blanca, que, tras cerrar uno de los mejores años turísticos de su historia, afronta ahora la comercialización de las plazas del verano de 2018 con la tensión añadida del despertar de un competidor de calidad y mucho más barato como es Túnez, y mucho menos sensible a las fluctuaciones de la libra. Todo tras una temporada alta (julio, agosto y septiembre) en el que el alza de tarifas ha permitido amortiguar, en parte, el desvío de visitantes al alojamiento sumergido.
El efecto positivo de la Costa Blanca como destino seguro se mantiene, pero los touroperadores británicos y alemanes han vuelto a incorporar, tras tres años cerradas a sus folletos, las playas del país norteafricano, y eso va a ser una complicación, según apuntan fuentes de la patronal.
De hecho, buena parte del «boom» turístico que vive el Mediterráneo español en los últimos años se ha debido, en gran parte, a la crisis de Túnez, Egipto y Turquía, que han posibilitado, por ejemplo, el crecimiento de hasta medio millón de pasajeros nuevos en el aeropuerto de Alicante-Elche, una de las infraestructuras más expuestas al impacto de la apertura de Túnez, más incluso que el todavía inexistente «efecto Brexit». Si los turistas británicos y alemanes bajan, el contagio afectará a toda la industria turística (restauración, excursiones y empresas de alquiler de vehículos, entre otras).
Túnez es un destino muy competitivo para los tour operadores británicos, ya que el tiempo de viaje del vuelo en avión no supera en más de una hora al necesario para llegar a la Costa Blanca. Además, las tasas aeroportuarias son mucho más baratas, no existe el IVA y los complejos turísticos son modernos, muy completos, baratos y no gravan el alojamiento.
Factores que pueden afectar a la comercialización de las plazas en un momento en el que la amenaza del terrorismo yihadista es global y no se circunscribe solo a Túnez, Turquía y Egipto, los grandes rivales del «sol y playa» para la Costa Blanca, y el resto de los destinos del Mediterráneo.
Precios más altos
Justo cuando el sector ha recuperado rentabilidad este verano. Los hoteles de la Costa Blanca aumentaron un 6% sus tarifas en agosto con un precio medio de 105 euros por habitación. La horquilla se situó entre los 298 euros de los hoteles de cinco estrellas a los 78 de los de tres.
La Costa Blanca registró 475.000 pernoctaciones hoteleras, con un grado de ocupación media del 89% y 10.681 empleos directos, según en el informe de coyuntura turística publicado el Instituto Nacional de Estadística.
En España, durante el mes de agosto se registraron un total de 47 millones de pernoctaciones hoteleras, lo que representó un descenso del 0,5%. Las pernoctaciones del turismo nacional disminuyeron un 1,2%, aumentando un 1,4% las de los extranjeros. No obstante, en el conjunto de julio y agosto las pernoctaciones crecieron en torno al 1%.
Las de los españoles descendieron un 1,6%, pero fueron compensadas por los extranjeros, que subieron un 2,5%. Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana fueron los destinos preferentes del turismo español y en las tres autonomías cayeron las pernoctaciones en torno al 4%, lo que ratifica que el desvío de visitantes a los apartamentos que escapan al control de la Administración se ha convertido ya en un fenómeno estructural y coyuntural.
«El cliente puede elegir, solo faltaba, pero que sepan lo que se van a encontrar. Desde el cepillo de dientes del dueño de la casa, a que se vaya la luz en medio de la noche y, entonces, a quién protestan. Esas viviendas que no general ningún puesto de trabajo, cuyos ingresos son la mayoría de las veces en negro y que escapan al control de Hacienda deben regularizares»,apuntaron ayer fuentes del sector reglado de los apartamentos, tan perjudicado como el hotelero.
En cuanto al turismo extranjero, el principal destino elegido por los visitantes de España fue Baleares, con el 33%, seguido por Cataluña (21%); Canarias (19,5%); Andalucía (11,9%) y la Costa Blanca (5,3%). Reino Unido y Alemania representaron cerca del 50% del total de las pernoctaciones hoteleras.
En cuanto al índice de precios, en la Comunidad Valenciana la tarifa media en verano fue de 115 euros por habitación, la quinta más alta de España tras Baleares, Canarias, Cataluña y el País Vasco. En el lado contrario, los hoteles de Aragón tuvieron la tarifa media más económica de España, 66 euros. Todo sin que todavía Túnez volviera al mercado.
