La cibercriminalidad es un problema grande que va en aumento. En España la tasa de este tipo de delincuencia creció el pasado año en un 10 por ciento, según expusieron en el Foro Club INFORMACIÓN-Universidad de Alicante-Bankia el teniente coronel jefe del Departamento de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, Juan Sotomayor, y el coronel jefe de la Comandancia de Alicante, Manuel Muñoz. Los últimos informes del Ministerio del Interior reconocen 60.000 incidentes de ciberdelitos en España, aunque Sotomayor advirtió de que se trata principalmente de «ciberdelincuencia común», ya que las grandes estafas «no se denuncian, a la empresa le cuesta mucho denunciar».

El responsable de la Guardia Civil destacó también la existencia de dos entidades nacionales dedicadas a la protección: el Centro Criptológico Nacional (CCN), que da respuesta a emergencias telemáticas a la Administración, y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), creado para asistir a las empresas y a los ciudadanos y ayudarles a mitigar el problema. El CCN contabilizó 28.000 incidentes, de los cuales más de 2.000 fueron muy graves, mientras que el INCIBE registró más de 100.000 casos. Muchos no acaban en los juzgados porque las empresas aún son muy reacias a denunciar.

Sin embargo, Sotomayor señaló que el Gobierno está ultimando un decreto ley para aplicar una directiva de la Unión Europea que obligará a las empresas a denunciar los incidentes graves. El teniente coronel reconoció que cuando entre en vigor este decreto las Fuerzas de Seguridad van a recibir una avalancha de miles de incidentes de ciberdelincuencia y no tienen suficiente personal para atender tal demanda de servicios.

Por otra parte, Juan Sotomayor se refirió a la gran preocupación que generan los bitcoins en la Unión Europea al estar diseñados para ser anónimos y alertó de que se han producido casos de empresas que han cerrado al no poder hacer frente a los rescates exigidos por los ciberdelincuentes para recuperar la información de sus compañías. Como ocurre con otros delitos, admitió que la investigación de la ciberdelincuencia «va un paso atrás» respecto de las organizaciones criminales.