Entre libros. Así ha empezado el comedor este curso para medio centenar de alumnos en el único colegio público de Villafranqueza, Juan Bautista Llorca, a consecuencia del evidente peligro de las anteriores instalaciones, en la vivienda de maestros anexa.

Es la conclusión de un informe municipal elaborado a instancias de la concejala de Infraestructuras, Gloria Vara, a la vista del grave deterioro que presentan las citadas viviendas anexas en las que hasta ahora se ubicaba el citado comedor.

El de Villafranqueza es un colegio pequeñito en la base de una montaña, por lo que no admite espacios añadidos. Por eso el comedor estaba en el edificio de al lado, las antiguas viviendas de maestros, de propiedad municipal, pero a consecuencia del peligro de la edificación se ha optado por desalojar el comedor.

Durante este mes de septiembre se ha adecuado la biblioteca del colegio para servir las comidas diarias, pero esta solución puntual solo salva el mes de septiembre, como apuntan desde la dirección del centro, ya que el mes que viene la asistencia al comedor escolar se duplica y donde ahora caben 40 niños en dos turnos, y a no caben cien.

Para solucionar esta precaria situación, la dirección territorial de Educación en Alicante, a la vista del decisivo informe municipal sobre el estado del antiguo comedor, ha decidido instalar un barracón que pueda acoger a cerca de un centenar de alumnos a la hora de comer a partir de octubre.

«Se va a instalar en el patio y entonces podremos recuperar la biblioteca», destacan en el colegio, muy agradecido a la comprensión de la empresa de comedor que ha colaborado desde el primer momento para dar el mismo servicio que el curso pasado a los niños, pese a que una biblioteca no sea la mejor de las instalaciones para ello.

Apuntalado

En realidad del edificio de las antiguas viviendas de maestros está apuntalado desde el pasado mes de febrero, según aseguran docentes del colegio a este diario, pero la dirección no había recibido notificación alguna al respecto.

Las graves deficiencias estructurales reseñadas en el informe municipal que ha forzado a Educación a proyectar un nuevo barracón escolar en la ciudad no se han conocido hasta este verano y la adecuación de la biblioteca para no dejar inhábil el servicio de comedor en el inicio de curso se ha llevado a cabo en un tiempo récord.

«Los niños son lo primero. Los técnicos municipales hicieron un buen informe tras las visitas que giramos periódicamente a los centros escolares de la ciudad, y la decisión sobre las instalaciones corresponden a Educación», explica la edil Gloria Vara.

Por su parte, la concejala de Educación, María Jose Espuch, tiene previsto ir al colegio la semana que viene para supervisar el comedor provisional hasta que se derive a los niños, el mes que viene, a una instalación prefabricada, la primera que se utilizará como comedor escolar.