«Maquillarme a diario me ayuda a pensar que sigo siendo la misma pese a la enfermedad». Natalia Magrans es paciente de Oncología en el Hospital de Sant Joan y ayer asistió uno de los talleres que cada mes se organizan en este centro sanitario para enseñar a las mujeres enfermas de cáncer a cuidar su piel y a maquillarse.

Y es que, aunque suene a tópico, ponerse guapa para sentirse mejor «ayuda a que las pacientes afronten mejor las terapias médicas y recuperen la confianza necesaria para, incluso, seguir con su actividad laboral si ellas lo desean pese a que están en tratamiento», señala Nieves Díaz, jefa del servicio de Oncología del Hospital de Sant Joan.

Trucos

El cáncer impone unos cambios en la imagen con los que es difícil lidiar y que van más allá de la caída del pelo.

En los talleres que se imparten en el centro sanitario, las pacientes conocen aquellos productos que nunca les pueden faltar. «Lo más importante es usar una hidratante y un factor solar para protegerse del sol. Durante el tratamiento la piel se resiente mucho, está seca y muy sensible y a la mínima exposición al sol se quema por lo que hay que utilizar un factor de protección 50, que es el máximo que existe en el mercado», explica Fátima Castaño, coordinadora del programa «Ponte guapa te sentirás mejor», de la Fundación Stanpa, encargada de impartir estos talleres en 28 hospitales de toda España.

A estos productos, Castaño añade una buena base de maquillaje, ya que la enfermedad hace que el tono de piel cambie, así como un contorno de ojos y un lápiz para las cejas. «Una de las cosas que más preocupan a las pacientes es la caída del pelo, así que les damos pequeños trucos para maquillar las cejas o usar el eyeliner con habilidad para que no se note tanto la caída de las pestañas».

En este taller también ayudan a desmontar mitos, ya que muchas mujeres piensan que solo pueden comprar cosméticos en la farmacia y a un precio muy elevado. «La única condición es que sean productos nutritivos y para pieles sensibles. También conviene evitar los exfoliantes, reafirmantes, postizos y ese tipo de productos que son más agresivos». Todo producto que cueste de quitar, «habría que evitarlo», sintetiza la responsable de estos talleres.

Otra cosa a vigilar es la caducidad de las cremas, «siempre hay que tener en cuenta cuándo se abren los envases y la fecha de caducidad que pone en los mismos para evitar cualquier reacción», sostiene Fátima Castaño. En el taller también les enseñan a prevenir las alergias, por ejemplo usando siempre discos de algodón desechables, lavando las brochas y no compartiendo los cosméticos con nadie.

Los talleres del Hospital de Sant Joan están impartidos por esteticistas y maquilladoras voluntarias «con formación específica». Además, todo el contenido «cuenta con la supervisión del servicio de Oncología del hospital».

Los talleres cumplen ahora dos años, siendo el primer hospital de la provincia en desarrollar una iniciativa de este tipo. Durante este tiempo 160 pacientes en tratamiento activo han pasado por los mismos. La gerente del centro, Beatriz Massa, visitó ayer a las alumnas del taller que en este momento se imparte y mostró su satisfacción por el éxito de esta iniciativa. «Muchas veces nos centramos en aspectos más médicos o tecnológicos y en oncología es necesario abordar aspectos emocionales y sociales».