España tiene una de las legislaciones más avanzadas a nivel mundial en cuanto a reproducción asistida. Sin embargo, los especialistas piden una reforma de esta para crear un registro único nacional de donantes de semen y de óvulos. Así se puso de manifiesto ayer durante una conferencia y mesa redonda organizada en el Instituto de Neurociencias sobre «Nuevas fronteras en las tecnologías reproductivas».

Detrás de esta petición hay una preocupación por los posibles problemas de consanguineidad que se pueden derivar de la falta de control. «Actualmente el número de óvulos y espermatozoides que una mujer y un hombre pueden donar están limitados por ley, pero al no existir un registro único, una persona puede cambiarse de localidad y volver a donar, aunque haya superado este margen», explica Maribel Acién, responsable de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital de Sant Joan, quien participó en la mesa redonda de ayer. Esta falta de control puede dar lugar a que en un futuro se unan sentimentalmente, sin saberlo, parejas con algún ascendente en común y por lo tanto con altas posibilidades de transmitir a sus hijos alguna enfermedad genética.

Para la doctora en Medicina Preventiva y Salud Pública María Pastor, contar con un registro único de estas características «es también un derecho de los niños a conocer el día de mañana qué enfermedades de origen genético pueden tener». Para esta especialista, las actuales limitaciones en el número de donaciones por persona, «son muy difíciles de gestionar, porque se basan más bien en contratos de buena fe entre el donante y la clínica».

Pese a este vacío legal, España goza actualmente de una de las legislaciones más avanzadas en cuanto a reproducción asistida, aunque en los últimos años algunos países han ido más allá en legislar aspectos como el de la gestación subrogada, que aún están prohibidos en nuestro país. Una diferencia en cuanto a leyes que, a juicio de Francisco José Quereda, jefe del servicio de Ginecología del Hospital de Sant Joan, genera un turismo reproductivo a nivel internacional «y desigualdades en el acceso a tratamientos que habría que corregir».

Precisamente la gestación subrogada es uno de los aspectos que más controversia genera en el campo de la reproducción asistida. Para expertas como María Pastor, el hecho de que se prohíba esta práctica en España «no va a contribuir a que desaparezca, porque la gente seguirá yéndose a otros países». En este sentido, cree que la maternidad subrogada «ha llegado para quedarse y hay que dar una respuesta a parejas que no pueden concebir hijos, pero siempre preservando los derechos de todas las partes». Pastor apunta en este sentido a países como Inglaterra «en el que se protegen los intereses de todas las partes, también de las madres gestantes, quienes tienen hasta los 6 meses de embarazo para decidir si entregarán después al bebé».

En la mesa redonda de ayer también se abordó el problema de los límites de edad para ser madre a través de técnicas de reproducción asistida, actualmente establecido en 40 años en la sanidad pública y 50 en la privada. Para la doctora Acién el foco debe ponerse en otro sitio. «Está muy bien que se legislen los límites de edad, pero hay que poner todos los medios para potenciar la maternidad entre las chicas jóvenes». A juicio de esta especialista, «no tiene sentido que a los 25 años las chicas estén aún viviendo en casa de sus padres, sin empleo y sin medios económicos». Adelantando la edad de maternidad, cree Acién, «se acabarían con las listas de espera en la sanidad pública y con otros muchos problemas que actualmente sufrimos en el terreno de la reproducción asistida». Atrasar la edad en el sistema público para equipararla a la privada sería, para Acién, hacer más grande el problema. «A partir de los 40 años, a la edad de la madre se suma la mala calidad de los óvulos, por lo que en la mayoría de los casos habría que recurrir a una donante de óvulos. Al final siempre se recurre a chicas jóvenes que donan sus óvulos en lugar de tener sus propios hijos».

La mesa redonda de ayer estuvo precedida por una conferencia de Rosana Machín, científica social, doctora en Sociología y docente en la Universidad de Sao Paulo, quien habló a los asistentes de la situación de la reproducción asistida en Brasil, donde se ha experimentado un aumento de la demanda por parte de mujeres solteras y de extranjeros procedentes de distintos países de África, lo que está obligando a importar semen de bancos de Estados Unidos.