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La factoría inagotable de Nazaret

Cultura vuelve a abrir el Museo de Belenes cerrado durante meses por falta de conserje

Los artesanos ultiman detalles de pintura, al tiempo que embalan piezas ya acabadas. álex domínguez

Son inasequibles al desaliento. Los componentes de la Asociación de Belenistas de Alicante ultiman estos días los detalles de los nacimientos que montarán por toda la ciudad los días previos a la próxima Navidad. A pesar de las trabas que se han encontrado los últimos dos años, van superando obstáculos. Su último «hito» ha sido la reapertura del Museo de Belenes de Alicante, uno de los más visitados de la ciudad, aunque ha estado cerrado durante meses por falta de conserje.

El pasado 7 de agosto , el Ayuntamiento volvió a abrir esta instalación municipal, ubicada en la calle San Agustín, en pleno Casco Antiguo. A finales de 2016, la baja médica del bedel hizo que la Concejalía de Cultura tuviera cerrado este museo varias semanas, alegando que el plan de ajuste que afectaba al Consistorio impedía contratar personal. En abril, al jubilarse el conserje, el Ayuntamiento volvió a cerrar sus puertas, que se han abierto cuatro meses después. Gracias al programa de empleo Avalem Joves Plus, uno de los 110 menores de 30 años que han entrado a trabajar en el Ayuntamiento será, por un año, el conserje del Museo de Belenes.

La noticia ha sido muy bien acogida por los belenistas, que ya están pensando en potenciar el museo a través de actividades abiertas al público. «Con un poco más de espacio, podíamos hacer nuevos belenes, de tipo rodante, donde renovemos escenas que lo hagan más atractivo», asegura el presidente de la Asociación de Belenistas de Alicante, Alejandro Cánovas, quien también propone instalar una pantalla con proyecciones y organizar charlas.

Los escollos que últimamente encuentran los belenistas les han obligado a «cambiar el chip». Alejandro Cánovas reconoce que de ser «el niño mimado de la Obra Social de la CAPA, hemos pasado a depender de subvenciones que no crecen. Ahora somos partidarios de aceptar patrocinios que nos permitan poner belenes en sitios públicos concurridos. Ganas de trabajar no nos faltan, pero cada vez es más caro elaborar un belén de calidad».

Con este mismo planteamiento, han vuelto a pedir al Ayuntamiento que el belén social abandone la Plaza Séneca y regrese a la Plaza de la Montañeta, «a su sitio, a un espacio que se reformó pensando en el belén que admiran miles de personas cada Navidad». Estas cuatro escenas, completamente nuevas, ya están casi acabadas, como también están en su fase final el belén municipal que irá al Mercado Central, y los nacimientos de Diputación, el Centro Comercial Gran Vía, la Fundación CAM y una estación del TRAM, gracias a la ayuda de Colegios de Arquitectos. «Quieran o no, el belenismo es un movimiento mundial, que dentro de seis años cumplirá ocho siglos de historia y que tiene mucho futuro por delante. Esta es la ilusión que nos mueve», añade un esperanzado Cánovas.

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