Los experimentos, siempre en Alicante. Pese a los buenos propósitos e intenciones del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, de cara a la reunión el próximo lunes del Observatorio del Comercio, de la que debe salir una solución al lío montado por la Conselleria de Economía con el cierre del comercio de Alicante los festivos a partir del 15 de septiembre - o sea, desde ya-, a menos de un mes del comienzo de los actos de salida de la Volvo, el tema está envenenado.

La resolución de la conselleria del pasado 23 de agosto ha acabado, de momento, de un plumazo, con la posibilidad de que los grandes centros comerciales (y con ellos también las pequeñas tiendas franquiciadas) puedan abrir en domingos y festivos en la única zona declarada de afluencia turística de la que dispone la capital de la provincia.

Algo que contrasta, sin embargo, con las cinco zonas autorizadas en València desde 2012, donde la conselleria que dirige Rafael Climent no ha podido implantar el modelo comercial de Compromís para reducirlas a dos, tras sendos reveses judiciales y de la propia Abogacía de la Generalitat, y a las que tampoco afecta la resolución del pasado 23 de agosto, solo aplicable en Alicante, que se queda sin apertura comercial en domingos y festivos a partir del 15 de septiembre, a falta de lo que se decida el lunes. En la práctica, además, como el 15 de septiembre cae en jueves, este fin de semana será el último de libertad comercial en Alicante mientras en València todo seguirá abierto, desde el Corte Inglés de Colón al Mediamark del Nou Mestalla pasando por el centro Área junto al campo del Levante, en la periferia de la capital del Turia. En Alicante no. El pequeño comercio de las playas alicantinas podrá abrir hasta el 30 de septiembre.

Esta semana, en medio del tira y afloja entre la Conselleria de Economía y el Ayuntamiento de Alicante, se sigue, no obstante, negociando de cara al lunes y ayer se barajaba que hasta el Observatorio pudiera llegar una propuesta de consenso en la que se optara como la última que ha ofrecido el Consell en València. Fijar una serie de festivos -la horquilla va de 20 (verano más los festivos obligados por ley) a 60 (libertad horaria)- en los que el comercio pueda trabajar sin limitaciones.

La solución en Alicante se antoja, no obstante, complicada debido a la posición del director general de Comercio, Natxo Costa (con el alcalde Gabriel Echávarri se habla lo justo) que se une a que tampoco los propios actores alicantinos (sindicatos, comerciantes, políticos...) están por la labor de alcanzar un consenso y mostrar una postura firme ante el Consell, que, por su parte, lo que no puede o no se atreve a hacer en València, sí lo aplica en Alicante sin problemas.

Y todo con la Volvo Ocean Race al fondo. Un evento por el que apuesta decididamente Ximo Puig y que desde 2008 ha aportado 274 millones de euros a la economía de la Comunidad Valenciana -47,6 millones adicionales en el resto de España- y genera puestos de trabajo a tiempo completo, según un estudio de la consultora PricewaterhouseCoopers.

Los datos forman parte del informe del impacto económico de las tres últimas ediciones de la regata. El desglose por ediciones muestra que la regata oceánica tuvo un impacto económico de 89,2 millones de euros en 2008-09 (realizado por la consultora Deloitte), 89,27 millones de euros en 2011-12 (PwC), y 95,58 millones de euros en 2014-15, con la generación, además, de unos cinco mil puestos de trabajo, una parte en el comercio.

Ante estas cifras, la Conselleria de Economía, Compromís, insiste en sus argumentos de conciliación de la vida familiar y laboral para eliminar la libertad horaria comercial. Los intentos del conseller Rafael Climent de regular la apertura comercial en domingos y festivos en València han fracasado en dos ocasiones -en una, incluso, con una crisis y la salida de la secretaria autonómica María José Mira-, de manera que actualmente toda la ciudad del Túria es una gran área comercial en la que se puede abrir todo el año. En Alicante, por decisión de la conselleria, la única zona autorizada cerrará festivos y domingos a partir del 15 de septiembre y con ella se perderán cientos de puesto de trabajo.

En València, los recursos de las grandes superficies, salieron adelante en 2012 y 2016, porque el Consell actuó sin dar audiencia a la parte afectada y recibió sendos rapapolvos de la Abogacía y hasta del Consell Juridic Consultiu -el órgano que debe velar por la legalidad de las acciones de la Generalitat-. Ahora, la postura oficial ha cambiado y tanto Climent como el director de Comercio, Natxo Costa, aseguran que aceptarán lo que decidan todas las partes, pero sin retirar en Alicante la polémica resolución del pasado 23 de agosto que impone el cierre de la única zona operativa.

Una ciudad en la que también el acuerdo que satisfaga a todas las partes se antoja complicado pues, incluso, los mismos sindicatos que firmaron en abril a favor de la apertura de los grandes almacenes durante 14 días festivos al año no están ahora muy por la labor de apoyar la libertad comercial.

Alicante tiene censados 4.200 comercios, lo que se traduce en unos 7.000 puestos de trabajo directos, que miran con optimismo, por ejemplo, los doce días de impacto de la salida de la Volvo. Según la resolución en vigor del Consell, a partir del 15 de septiembre sólo podrán abrir los establecimiento de menos de 300 metros cuadrados si no están en un centro comercial como Plaza Mar, Gran Vía o Puerta de Alicante. En ese caso y como el cierre les afecta directamente, tendrán que bajar la persiana en domingos y festivos a partir del 15 de septiembre.