El Puerto de Alicante recibió ayer la primera tolva ecológica que evitará la formación de nubes de polvo durante las labores de descarga de graneles en los muelles 11, 13 y 17, donde se desarrolla una actividad clave en la economía portuaria pero que ha desatado una gran alarma social entre los vecinos que viven en su entorno.
En concreto, la empresa Alicante Port, puntera en el movimiento de graneles, ha adquirido una tolva fabricada en los talleres Silva de Gijón y con un coste de un millón de euros. Ésta es una de las exigencias de la Generalitat para permitir la actividad en los muelles. Ayer mismo, la descarga de la tolva fue supervisada por técnicos de Medio Ambiente.
El tráfico de graneles alcanzó casi las dos millones de toneladas en 2016 con un crecimiento del 50% respecto a 2015. Este ejercicio, la actividad se ha reducido, pero en los seis primeros meses del año se han movido 900.000 toneladas.
La tolva ecológica es una infraestructura que se utiliza para la descarga de graneles del barco al camión. La pala que saca el material la deposita en la tolva donde por un sistema de filtros se evita que se formen nubes de polvo. El proceso de carga de muelle a barco es más complejo porque no se puede utilizar este tipo de aparatos.
De ahí que se utilicen las pantalla cortavientos y se parte la operativa cuando la velocidad del aire supere los 10 km/h. Por otro lado, los nuevos medidores de la contaminación del aire instalados en el recinto portuario en agosto que gestiona Medio Ambiente certifican, de momento, que los niveles de emisión de graneles cumplen con la normativa.
