El pequeño, de tres años, recordaba el lunes el susto que se llevó el domingo al no poder sacar un dedo de una mano de un agujero en un columpio del parque mientras su madre narraba a este diario que llegó a temer que lo perdiera. Y es que el niño, jugando sobre las ocho de la tarde, metió el dedo en un agujero en el eje fijo metálico del columpio alrededor del cual giraba una rueda de madera y, a no ser por la rápida reacción de los adultos, el mecanismo hubiera podido arrancárselo.

El incidente ocurrió en el Pla, concretamente en la plaza Doctor Gómez Ulla, situada frente al Museo Arqueológico, el MARQ.

Por fortuna, y aunque el niño fue trasladado al hospital ante el temor de que hubiera una fractura, todo quedó en un susto y en la inflamación de la mano pese a lo cual la familia presentó el lunes una queja en el Ayuntamiento para que el columpio fuera reparado cuanto antes o, al menos, precintado.

Según usuarios del parque, un hecho similar ocurrió días antes con otro niño y el hecho fue denunciando ante la Policía Local que se personó en la zona, pero no fue hasta ayer cuando, desde el Ayuntamiento, se procedió a la retirada de gran parte de la instalación y al vallado de lo que queda del eje central de hierro para evitar que se produzca un nuevo incidente.

Tal como relató el lunes la madre del pequeño accidentado, «tuvimos la suerte de que cuando el dedo de mi hijo quedó encajado, nadie dio más fuerte a la rueda porque, si hubiera seguido girando, incluso se lo hubiera podido arrancar ya que el columpio sigue dando vueltas alrededor del eje fijo de metal donde han quedado los agujeros del anclaje original». La madre del pequeño ratificaba que «no es la primera vez que esto ocurre según nos dijeron algunos vecinos, y es que en un primer momento no te das cuenta del peligro que hay con esos agujeros, por eso decidimos presentar la queja».

Otro usuario del parque, también padre de un niño de corta edad, mostró a este diario su disconformidad por el estado de la instalación que, según asegura, llevaba alrededor de dos semanas en mal estado. «Es una rueda de madera que se autoimpulsa y que tiene un eje central con tres barras de sujeción que se han ido rompiendo hasta que sólo quedó una parte del eje».

Según los vecinos, las barras del eje han ido desapareciendo, al parecer tras ser robadas, y los niños seguían jugando aunque sólo quedaba la parte inferior de la estructura. Tal como indicó este vecino antes de que ayer fuera retirado el columpio, «si un niño que esté subido mete el dedo en uno de los agujeros mientras gira la rueda, tiene un gran riesgo de que le arranque el dedo como pudo ocurrir ayer (por el domingo). Menos mal que ante el llanto del niño los padres reaccionaron rápido y todo quedó en un susto». Las quejas vecinales fueron atendidas ayer con el desmantelamiento y vallado de la instalación.

La plaza del doctor Gómez Ulla, pese a su pequeño tamaño, es muy frecuentada por niños y mayores del barrio del Pla ya que es de los pocos espacios en la zona que cuentan con juegos infantiles y arbolado.