Los efectos de los paros parciales de los trabajadores del servicio de recogida de residuos y limpieza viaria se hicieron mucho más visibles en su segundo día. Varios puntos de Alicante amanecieron ayer con montañas de bolsas de basura alrededor de los contenedores, allí donde los operarios no habían llegado al término de su turno. Las brigadas iniciaron su tarea una hora más tarde, continuando con la movilización prevista en protesta por la ruptura de las negociaciones con la empresa concesionaria, UTE Alicante, ante sus demandas de mejoras salariales y ampliación de plantilla.

El Casco Antiguo volvió a ser uno de los lugares donde las consecuencias de la huelga se hicieron notar más. En calles próximas a la concatedral de San Nicolás y la Rambla como San Pascual, San Andrés, Labradores y Virgen de Belén se amontonaban hacia el mediodía las bolsas de basura alrededor de los contenedores o directamente apoyadas en las fachadas, buena parte de ellas presumiblemente acumuladas tras dos noches seguidas sin que pasaran por allí las brigadas. La fiesta nocturna del sábado en esa zona contribuyó a que hubiera más desperdicios, ya que más de una persona aprovechó la montonera para dejar allí también los vasos de plástico en los que habían tomado sus consumiciones.

Al mediodía, en el momento de abrir las terrazas de los bares y restaurantes que hay en esas calles, las decenas de bolsas de desechos cerca de las mesas no eran la mejor imagen que se podían llevar los potenciales clientes. A eso se añadían los olores, ya que la temperatura empezaba a subir -la máxima ayer en Alicante rondó los 30 grados- y eso aceleraba la putrefacción de los residuos. Sería aventurado decir que esto suponía un riesgo para la salud, pero sí resultaba en cualquier caso bastante desagradable de respirar. No obstante, y hasta cierto punto de manera sorprendente, algunas de estas calles, como la de la Virgen de Belén, sí se habían baldeado.

Cerca de allí, al otro lado de la Rambla, la situación era diferente, aunque con acumulación de basura en puntos concretos. Las calles estaban en general despejadas, pero el contenedor de la plaza Gabriel Miró rebosaba, como el sábado, y también se amontonaban bolsas e incluso algunos enseres junto a otro contenedor lleno al final de la calle Castaños. También había varias bolsas tiradas en la Rambla y el Portal de Elche. En cambio, la zona donde se celebra el «tardeo» y el entorno del Mercado estaban limpios.

Fuera del centro había también otros focos dispersos donde se amontonaba la basura. Era el caso de la Avenida de Alcoy, donde desde el barrio de Altozano hasta el Auditorio de la Diputación, siguiendo el sentido del tráfico, los contenedores no habían sido recogidos. También se acumulaban gran cantidad de residuos en la calle Deportista César Porcel, en Ciudad de Asís, y en la Playa de San Juan, en las avenidas Míriam Blasco e Historiador Vicente Ramos y el Camino Colonia Romana. Asimismo, en el barrio del Pla, en la confluencia entre las calles San Mateo y Góngora y en vías próximas como la de Pinoso, había otros contenedores rebosantes de desperdicios o con alguna bolsa sobre la acera, pero de una forma menos llamativa que en los anteriores lugares.

El presidente del comité de empresa de UTE Alicante, la concesionaria de la recogida de residuos, Antonio Martínez, señaló que tanto el paro de una hora convocado al inicio de cada turno como el resto de la jornada laboral -prestada con total normalidad en todos los casos- se había desarrollado sin incidentes, «respetando todo lo pactado». Las zonas que se dejaron sin recoger, explicó, fueron «las terminaciones de los recorridos», allá a donde no dio tiempo de llegar por comenzar a trabajar una hora más tarde. Hoy la retirada de residuos se llevará a cabo de manera habitual, dado que ya no hay convocatoria de huelga en este servicio; sí lo hay, en cambio, en el de limpieza viaria, que no se presta los domingos. Será igualmente un paro parcial de una hora de duración.

La protesta responde a la ruptura de las negociaciones del nuevo convenio colectivo de UTE Alicante, para el que los trabajadores exigen una subida salarial del 1,6%. Además, reclaman un incremento de la plantilla y una renovación de los vehículos y los medios materiales, que denuncian que están obsoletos. La empresa ofrecía un aumento de sueldo del 0,25%, pero tras la huelga de celo que los trabajadores comenzaron a hacer a mediados de agosto -y que tuvo también su impacto- y el anuncio de los paros parciales de este fin de semana elevó la propuesta al 1,2%. Para el miércoles hay fijado un acto de conciliación, y se prevé que el alcalde se reúna con los empleados el jueves. Durante el fin de semana, ni la empresa ni ningún representante del equipo de gobierno se han pronunciado acerca de esta huelga y de los efectos que ha tenido.