Los médicos de familia alertan de las dificultades que están teniendo para conocer cuál es el historial de vacunación de sus pacientes y determinar si es necesario volver a vacunar frente a las paperas. La provincia sufre desde comienzos de año un brote de esta enfermedad que ha multiplicado el número de casos con respecto año anterior.

Sanidad aconseja a los pacientes que tienen dudas o que han estado en contacto con algún enfermo que acudan a su médico de familia para que determine si en su momento recibieron las dos dosis de vacuna necesarias y en caso contrario, que vuelvan a ser vacunados. También deben recibir el fármaco aquellas personas que actualmente tienen entre 25 y 35 años y que en su momento fueron inoculadas con una cepa de la vacuna que no era eficaz y que se retiró en el año 1999.

«El problema es que la digitalización de las historias clínicas se hizo hace diez años apenas. Quienes fueron vacunados antes deben aportar su cartilla de vacunación y muy poca gente la conserva», señalaba ayer un médico de familia de la zona de San Blas.

Ante la falta de información sobre el número de vacunas que el paciente recibió y de qué tipo, los médicos de familia están optando por indicar a los pacientes en esta situación que vuelvan a vacunarse con las dos dosis de la vacuna Triple Vírica. «Aunque de pequeños se pusieran las dos, no pasa nada por repetir las dosis. Sólo hay que llevar cuidado con los niños pequeños en ese sentido», añade este médico.

En distintos centros de salud consultados por este periódico se registra desde hace unos meses un goteo de pacientes que acuden tras haber contraído la enfermedad o porque han estado en contacto con algún enfermo y quieren saber si deben vacunarse.

Los casos de paperas están afectando sobre todo a personas entre 25 y 35 años, como consecuencia de una vacuna que se administró entre los años 1994 y 1995 y que fue retirada tras comprobar Sanidad que no protegía adecuadamente frente a la enfermedad.

Fiebre, dolor de cabeza y sobre todo hinchazón a ambos de la cara son los principales síntomas de esta enfermedad vírica que se contagia muy fácilmente. Pese a que en la inmensa mayoría de casos la enfermedad transcurre sin mayores complicaciones, entre un 25% y 40% de los niños y hombres en edad adulta que la padecen sufren inflamación en los testículos, lo que puede dar lugar a casos de infertilidad. En niños también puede derivar en una meningitis vírica, aunque de buen pronóstico.

La facilidad con la que se extienden las paperas es una de sus características más significativas. La forma de contagio es a través de las gotas de saliva o del contacto con las manos. Una vez pasada la enfermedad, quien la padece queda inmunizado de por vida.

Actualmente no hay un tratamiento específico para las paperas, sino que hay que tratar los síntomas, como la fiebre.