Trabajaba en el mundo del marketing pero quiso cambiar y convertir lo que le gustaba en profesión. Y así Martín Herrera lleva diez años de tatuador profesional.

¿Quiénes son ahora los más tatuados?

El perfil es muy variado. Tatuamos a abogados, médicos, enfermeros o personal del Ayuntamiento, de todo. Ahora en verano el 80% de nuestro público es extranjero, sobre todo noruegos porque allí cuesta el triple. La temporada fuerte para los alicantinos es septiembre y octubre.

¿Qué dibujos se piden más?

Están de moda los watercolor que quedan como acuarelas en la piel y también el puntillismo tipo Monet. También el realismo para tatuar caras de personas. Y los extranjeros nos piden mucho que les tatuemos palmeras de recuerdo como símbolo de Alicante antes de marcharse.

¿Cuál ha sido el más raro que ha hecho bien por dibujo o bien por el sitio?

De sitio a veces piden la parte genital o la cara pero no trabajamos ninguna de las dos porque son zonas problemáticas. De dibujo creo que el más gracioso que he hecho fue el de un mono montado en un caballito de mar. Fue porque la chica en el horóscopo chino era el mono, se sentía muy identificada con el mar y quiso combinar las dos cosas. Pero los que más me gusta hacer son los de personas que lo han pasado mal y al superarlo se deciden a tatuarse algo con mucho significado para ellos. Te involucras en la historia y desarrollas todo un proyecto.

¿Se sigue haciendo el de amor de madre o las anclas?

No, han caído en desuso. Hay que desterrar el cliché de que los tatuajes son cosa de marineros y moteros. Aunque aún hay a quien le gusta la vieja escuela americana y se los hace. Aquí somos gente normal que realiza tatuajes para gente normal.

¿Se arrepiente mucha gente de tatuarse?

Si veo a la persona con dudas prefiero no hacerlo y también desaconsejo tatuarse nombres. Si realmente tiene un significado no tienes por qué arrepentirte después. Hay que tener en cuenta que la piel envejece claro, pero yo tengo clientas de 76 años que en su momento se reprimieron, se han decidido ahora y están encantadas.

¿A qué político tatuaría y qué le pondría?

Me encantaría tatuarle a Rajoy la palabra chuches porque me hizo mucha gracia cuando habló de ellas y del IVA. Me gustan mucho las ideas de Albert Rivera para los autónomos, así que le haría un candado abierto. Fuera de la política moriría por tatuar a Simeone y puedo decir que le tatué a Maribel Verdú un pingüino. Es una fanática de estos animales.