Los autores de la queja enviada al Síndic de Greuges advierten del peligro que para los pacientes pueden suponer medidas de contención como atarles en la cama ante una crisis. «Puede suponer riesgos para la persona en su salud, tanto física como psicológica y puede producir secuelas incluso conllevar riesgo de muerte», explica Isaías Ledesma. En este sentido, el pasado mes de mayo hubo un fallecimiento por parada cardiaca en el Hospital Universitario Central de Asturias y en el año 2006 fallecieron cinco personas en una residencia de Massamagrell.

El grupo de apoyo a la esquizofrenia pone como ejemplo a países como Islandia o Reino Unido, que han prohibido estas prácticas o las usan de manera muy excepcional. «Y en otros países están muy reguladas y vigiladas». Más cerca, el hospital de Alcalá de Henares «ha sido pionero en erradicar las contenciones mecánicas y en ofrecer un trato más humano a los pacientes allí ingresados». Los autores de la queja recuerdan que la ONU y la OMS condenan este tipo de prácticas.

Hace un año asociaciones de salud mental de toda España suscribieron el denominado «Manifiesto de Cartagena» por unos servicios de salud mental respetuosos con los derechos humanos y libres de coerción.