Lejos de los problemas de turismofobia que se están produciendo este verano en Cataluña y Baleares, los vecinos del barrio de Santa Cruz esperan con los brazos abiertos la llegada de turistas. De hecho reclaman al Ayuntamiento que trabaje más para la promoción del casco antiguo y que cuide el entorno con más presencia policial y limpieza para atraer a más personas.

«Es una vergüenza que la zona más bonita y antigua de Alicante esté así, dejada de la mano de Dios por parte del Ayuntamiento. Aquí lo que hay cuidado es gracias a los vecinos», critica Francisco Reus, un vecino de los de «toda la vida» mientras desayuna en el bar del Patronato y la Hermandad de Santa Cruz.

«Aquí queremos que venga el turista y conozca el barrio, obviamente lo que no queremos es lo que pasa en Magaluf (Mallorca) que bastante tenemos con el botellón de los de aquí. Los problemas no los causan los turistas para nada. Al contrario, son los que dejan dinero», asegura este vecino.

Y con él coinciden todos los residentes consultados y el dueño del citado bar, José Manuel Pérez. Los vecinos quieren que el barrio «tenga vida», que se reactive el consumo y que las calles estén cuidadas para ofrecer la mejor imagen posible de la ciudad.

Consciente de los atractivos de Santa Cruz, Jorge Gas, vecino y miembro de la hermandad ha montado una empresa para ofrecer a los turistas visitas guiadas. Trabaja sobre todo con la terminal de cruceros pero también se pueden montar grupos con los visitantes que se quieran apuntar siempre y cuando se alcance un mínimo de 25 personas para hacer el «tour». A través de alacantcircuit.com gestionan las reservas para recorrer el Castillo de Santa Bárbara, el casco antiguo con Santa Cruz como principal atractivo, los pozos de Garrigós y el Ayuntamiento.

«Los turistas alucinan cuando ven Santa Cruz, sus calles y sus casas con las macetas, la ermita y las vistas de la ciudad que tenemos desde aquí arriba que son impresionantes. No se imaginan que exista algo así en Alicante», explica Gas. Además, «como soy de la directiva de la hermandad puedo abrir la ermita que generalmente está cerrada, para que vean los pasos de Semana Santa y lo preciosa que es nuestra ermita. Y les encanta», añade.

Además, al ser del barrio quiere que esta actividad repercuta de manera positiva. Por ello, de cada ticket que vende, da un euro a la Asociación de Vecinos, otro a la Hermandad de Santa Cruz y otro para fomentar el trabajo en la zona. Y destina 2,50 euros para que los visitantes repongan fuerzas con un refresco y una tapa en alguno de los cinco bares del barrio o en todos ellos si lo desean.

Los vecinos consultados están encantados con estos grupos de turistas que, especialmente cuando hay un crucero en el Puerto, pasean más arriba de la Plaza del Carmen. «Los turistas son bienvenidos, no creemos que aquí vayan a causar ningún problema. Al contrario, a mí me gusta que haya ambiente en el barrio y que la gente de fuera conozca Santa Cruz, no me molestan para nada», afirma Rosa María García, vecina del barrio. A lo que Francisco González añade que «aquí el único problema que tenemos es el del botellón y cómo dejan todo cuando se van, no el del turismo. Todo lo que sea animar el barrio está bien».

Ni siquiera les preocupan los alquileres a turistas en la zona. «Aquí desde siempre han venido madrileños que alquilaban habitaciones o casas en verano y son bienvenidos», comenta Roberto Gutiérrez, nacido en Santa Cruz, y que va todos los días a su barrio aunque ahora resida en otro lugar.

«Vamos, que aquí pensamos justo lo contario de lo que piensan los catalanes que queman autobuses de turistas», apostilla José Enrique Coronatti, «pero si Alicante vive del turismo, por qué cabeza se pasaría atacarlo», se pregunta. «Dejan dinero, consumen y crean riqueza, así que no hay ningún problema», concluye.