Guerra a la obesidad. La Conselleria de Sanidad quiere eliminar la comida basura de centros educativos, hospitales y otras dependencias de la administración autonómica y potenciar la dieta mediterránea. Para ello, y entre otras medidas, se eliminarán los refrescos azucarados, los snacks y las chocolatinas de las máquinas expendedoras que se encuentren en centros públicos y se exigirá a las empresas con las que se contrate servicios de alimentación, que incluyan en los menús un porcentaje determinado de frutas y verduras de temporada en la Comunidad Valenciana.

Estos cambios vienen recogidos en el proyecto de decreto del Consell de fomento de una alimentación saludable y sostenible en el ámbito de las administraciones públicas. Un texto que desde ayer está en información pública para que quien lo desee haga alegaciones antes de su tramitación final, por lo que de aquí a unos meses podrá estar aprobado definitivamente.

Cuando la norma eche a andar, en las máquinas expendedoras de centros educativos, hospitales y servicios sociales sólo se podrán encontrar productos sanos, como agua envasada, leche desnatada o semidesnatada, yogures bajos en grasa y azúcares añadidos, panes integrales, fruta, frutos secos no fritos y bajos en sal, zumos de frutas, platos a base de vegetales frescos o sopas vegetales frías.

Estas máquinas podrán incorporar otro tipo de alimentos, siempre y cuando la porción envasada no supere las 200 kilo calorías y se cumplan otros parámetros, como que la sal no supere los 0,5 gramos o que, como mucho, sólo un 10% de las calorías procedan de grasas saturadas y no contengan ácidos grasos trans. Estas máquinas también deberán ofertar productos para aquellas personas con intolerancia al gluten.

Otro cambio importante será el que regule a partir de ahora los concursos públicos para la adquisición de alimentos o para la adjudicación de servicios de restauración, por ejemplo en hospitales o centros educativos. Las empresas que opten a estos concursos deberán, obligatoriamente, incluir al menos un 40% de frutas y hortalizas frescas de temporada en la Comunidad Valenciana. Los productos ecológicos deben suponer un 3% del total de las compras de estas empresas.

Estas no son las únicas medidas emprendidas en los últimos meses por la Conselleria de Sanidad para tratar de reducir las alarmantes cifras de obesidad en la Comunidad Valenciana. Los menús de los colegios también están en la diana.

Revisión de menús escolares

Durante este curso y los dos próximos años se ha estado evaluando la calidad nutricional de la comida que se sirve a los niños de estos centros educativos.

Más de 250 inspectores de seguridad alimentaria han comprobado durante este invierno si el menú servido coincide con el anunciado a las familias, además de distintos aspectos relacionados con la accesibilidad, publicidad y oferta de alimentos y bebidas en las máquinas expendedoras ubicadas en los centros escolares.

Tres son los aspectos fundamentales que revisaran en este programa. Por un lado, la oferta alimentaria de los comedores de centros escolares de educación Primaria y de educación Secundaria obligatoria, incluidos los menús especiales por motivos de salud (alergias, intolerancias alimentarias) de razones culturales o religiosas. Por otro, la oferta de frutas y verduras, especialmente de proximidad y/o de producción ecológica y por último, la ubicación, presentación, oferta y publicidad de alimentos y bebidas a través de máquinas expendedoras de alimentos y bebidas.

Todo con el objetivo de atajar las altas cifras de obesidad infantil, que no han dejado de aumentar en los últimos años debido al paulatino abandono de la dieta mediterránea.

Como consecuencia de esta tendencia, los expertos alertan de que cada vez más niños sufren enfermedades propias de los adultos, como la diabetes o la hipertensión.

En este sentido, la Conselleria de Sanidad quiere fomentar patrones dietéticos saludables, con elevados consumos de frutas, vegetales y legumbres, consumo de cereales integrales, consumo moderado de pescado, preferencia por los lácteos con bajo contenido grado, carne magra y pollo, consumos bajos de carnes rojas, así como de bebidas azucaradas o alimentos con alto contenido en sal.