Electricista de profesión, Pascal Pulz cumple con su vocación de socorrista en verano desde hace seis años en la playa de San Juan. Además, participa durante el resto del año en el montaje de las competiciones de la Federación de Salvamento y Socorrismo, aparte de realizar otros trabajos temporales en los que incluso va a recoger aceitunas a Jaén.

¿Por qué la gente sigue haciendo barbaridades en el mar pese a que las cifras de ahogados no dejan de subir?

Porque no ven el peligro y por la falta de educación en el medio, hay un vacío en este tema y muchas personas no son conscientes del peligro que corren.

¿Quiénes son peores, los jóvenes o los mayores?

Pues los padres de los chavales jovencillos. Es verdad que cuando alertas del peligro que está corriendo su hijo les dan un grito para que salgan, pero si no vas tú son incapaces de alertarles. Y luego están las personas mayores que creen que tienen 20 años y hacen locuras. Veo bañistas de 80 años que esté el mar como esté se van nadando hasta la boya y se tiran dos horas dentro. Hasta que pase algo seguirán así.

¿Cómo se impone uno cuando hay bandera roja?

Generalmente la gente cuando ve bandera roja se refresca en la orilla pero no se mete más. Cuando alguno lo hace y se baña pese a estar prohibido se le alerta y si no hace caso amenazas con llamar a la Policía Local y eso suele funcionar. En cuanto tocas el bolsillo -en referencia a las multas- la cosa cambia. Lo que sí me he encontrado a veces es a chavales jóvenes del norte que te dicen que en su tierra con ese estado del mar la bandera es verde y no roja como aquí y te toca discutir un poco más.

¿Cuál es la situación más kafkiana con la que se ha encontrado estos años?

Uff muchas. Pero últimamente lo que ocurre con más frecuencia y es increíble es ver a niños muy pequeños con sus manguitos solos dentro del agua. Cuando te acercas a alertar al padre o a la madre resulta que nadie de alrededor sabe nada, hasta que algún bañista te dice: «Creo que va con esta persona» y cuando te la señalan ves a la madre o al padre sentado o tumbado con el móvil. Están más pendientes del teléfono que de vigilar a sus hijos y eso es un peligro. Así se pierden seis o siete niños cada tarde del fin de semana entre mi botiquín y el siguiente.

¿Está pagado ser socorrista?

Con dinero no, pero yo lo hago porque me gusta.

¿Y qué ventajas tiene? ¿Se liga más?

Eso dicen....pero yo no porque tengo pareja.