A la circunvalación de peaje de Alicante le crecen los enanos. Si no tenía suficiente con estar en quiebra y en proceso de liquidación para pasar a manos el Gobierno 2018, ahora uno de sus túneles, inaugurado hace menos de 10 años, presenta grietas que han llevado a su cierre por seguridad... y así permanece desde hace casi cinco meses. Desde entonces la concesionaria Ciralsa está tratando de aclarar el origen y buscar una solución, por ahora sin éxito.

El problema se ha detectado tras unas fuertes lluvias en marzo en uno de los conductos que existen en San Vicente, afectando al sentido València, por lo que el tráfico se desvía desde entonces por el sentido contrario, que tiene solo dos carriles, por lo que se han colocado conos y ambos sentidos comparten calzada y los vehículos transitan durante casi tres kilómetros a 60 km/h por una vía que es de pago, y que precisamente su escaso uso ha llevado a la quiebra a su concesionaria.

Desde la empresa se limitaron a explicar a este medio que el cierre de este túnel se debía a que se estaban llevando unas obras de mantenimiento, sin querer dar ningún tipo de detalle de los mismos, agregando que los trabajos se estaban ejecutando, a pesar de que este medio ha podido comprobar durante este mes en al menos una docena de ocasiones que allí no hay aparentemente actividad alguna.

Fuentes cercanas a la mercantil señalaron que el problema era la aparición de unas grietas, extremo que han confirmado a este medio fuentes de la Subdelegación del Gobierno. El túnel de Brotons de la AP-7 se encuentra en San Vicente, tiene 450 metros y sus conductos, uno para cada sentido, son independientes. Se trata de un falso túnel, excavado a cielo abierto y con relleno posterior, lo cual hace más complejo el caso. Desde la Subdelegación del Gobierno explicaron que «en el mes de marzo pasado, tras un episodio de fuertes precipitaciones, se detectó la aparición de fisuras en algunas dovelas de la bóveda, con una evolución muy rápida». Las dovelas son las piedras labradas en forma de cuña que componen la bóveda, y tras detectar estas grietas la concesionaria «decidió cerrar al tráfico el tubo sentido València, como medida de precaución».

«Desde entonces se han realizado diversas investigaciones con objeto de determinar el origen y la posible solución de la patología. De acuerdo con la información transmitida por la concesionaria, se ha encargado a una consultora especializada en el dimensionamiento del refuerzo y de las medidas de estabilización del relleno, previamente a la ejecución del mismo. Por lo tanto, en el momento actual la concesionaria continúa trabajando en la solución de la patología de la bóveda, por lo que la reapertura al tráfico se autorizará en el momento en que se asegure la seguridad de los usuarios y de la propia infraestructura», según agregaron las mismas fuentes del Gobierno central.

El corte de tráfico afecta al tramo entre los kilómetros 687 y 690, ya que por motivos de seguridad vial y de las distancias que se establecen para el desvío del tráfico, el corte en dirección València arranca ya en el túnel de San Antón, el otro que existe en San Vicente y que en este caso sí que es un túnel excavado en la roca, donde sólo hay un carril operativo. En el tramo del túnel de Brotons ambos sentidos pasan por el mismo conducto, por lo que se tiene que reducir la velocidad, no se puede adelantar y hay que poner las luces de cruce. Esta incidencia esta informada en los paneles informativos de la AP-7, aunque únicamente como obras de mantenimiento.

Rescate

Hay que recordar que el juzgado ha reactivado el proceso de liquidación de Ciralsa, por lo que la circunvalación se espera que pase a manos del Estado en 2018. El Consejo de Ministros acaba de aprobar el convenio que permitirá a una sociedad pública hacerse cargo de las autopistas rescatadas, entre ellas la circunvalación de Alicante, hasta su nueva adjudicación. El Gobierno deberá pagar a los acreedores de la vía alicantina unos 400 millones por la Responsabilidad Patrimonial.