Asaja denuncia que aunque desde la Administración hablan de medidas de prevención, como la prohibición de quema de rastrojos o residuos de poda y el cuidado del ser humano con sus acciones en el campo, la mejor prevención contra los incendios es la existencia de agricultura y ganadería extensiva, dada la labor de mantenimiento y vigilancia que ambas profesiones llevan implícitas a diario.

Desgraciadamente existe un abandono paulatino de la actividad agrícola y ganadera provocada por infinidad de problemas estructurales como la gravísima situación actual de falta de agua y recursos hídricos, los bajos precios, la presión de las comercializadoras, las trabas burocráticas?Esto ha provocado el abandono progresivo de tierras y ganado y que las nuevas generaciones no se sientan atraídas por este sector. El resultado es que, prácticamente, ya no queda ganado de ovejas y cabras que salgan a pastar a los montes y se alimenten de matorral, ejerciendo al mismo tiempo la labor de eliminación de combustible vegetal. «Las parcelas de cultivo abandonadas son también una fuente de biomasa forestal que favorece la propagación, el descontrol y la virulencia de los incendios», lamenta Eladio Aniorte.