La psicóloga Begoña Ibarrola abrió ayer las ponencias del XX congreso de centros concertados con una exposición sobre la «Educación emocional en la familia». Investigaciones en Neurociencias, apuntó, sitúan la educación de las emociones como un factor de prevención primario tanto contra el bullying como contra la depresión, el consumo de drogas o incluso el suicidio entre los menores: «Los currículos educativos deberían incorporarla tanto como la enseñanza cognitiva», apreció. Entre las estrategias familiares que apuntó: que el bebé escuche música desde el vientre materno; no reprimir la tristeza en los niños sino encauzarla y aprender a consolarles, para que no se prolongue en el tiempo; y controlar la intensidad de las emociones como si fuera el dial de una radio paran desechar términos como desesperación frente a tristeza. V. B.
