El vuelco que el nuevo auto del TSJ supone para el modelo lingüistico del Consell es tan rotundo que desde la propia Conselleria de Educación se ha anunciado con la misma contundencia que se va a «acatar» aunque no lo compartan. «Ante la resolución de la sección cuarta de la sala contencioso-administrativa del TSJCV, en la que se obliga a volver al decreto de plurilingüismo de 2012, la Generalitat cumplirá la resolución pero no la comparte», señalan desde la conselleria. El TSJ apunta además como único responsable al secretario autonómico Miguel Soler, si no se acatara el fallo.

El gabinete del conseller Vicent Marzà admite que «a efectos prácticos, esta sentencia afecta a los alumnos que están matriculados el próximo curso en Educación Infantil de 3 años». Es la primera vez que se acepta este extremo, del que han venido advirtiendo padres y sindicatos contrarios al plurilingüismo.

La situación que se plantea a dos días laborables de cerrar los centros educativos hasta septiembre generaba ayer nuevas dudas entre directores de colegios, que se preguntan si deberá repetirse el proceso de matrícula para los niños de 3 años de edad.

De hecho, la conselleria separa a estos niños del resto del alumnado de Infantil y Primaria al conceder que «los demás alumnos continúan con los programas lingüísticos que han tenido hasta el curso 2016-2017», doble línea de valenciano y castellano incluida.

Educación, no obstante, no baja los brazos del todo. «El objetivo de la Generalitat es garantizar y hacer efectivo el plurilingüismo a todo el alumnado. Lo importante es que los niños y niñas aprendan lenguas y esto se llevará a cabo, sin dudas, con los instrumentos que sean necesarios».