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«Aunque quiera aguantar no podría si me suben el alquiler»

María Francisca Miró Llorens heredó de sus padres Arcos y Molduras R. Llorens, un veterano y conocido negocio de marquetería e imaginería religiosa que abrió sus puertas hace más de 60 años en la calle Mossén Torregrosa de Alcoy, en pleno casco antiguo. La extinción de los contratos de rentas antiguas prevista para finales de año le afectaría hasta tal punto que «me vería obligada a cerrar». Esta propietaria paga poco más de 170 euros al mes, un precio muy por debajo de los actuales alquileres. Su intención, con los 62 años que tiene en la actualidad, es la de jubilarse en año y medio, pero reconoce que «aunque quiero aguantar, si mañana me suben el precio, al día siguiente cierro». Con todo, el caso de este comercio es una singularidad en el caso de Alcoy. Según fuentes de la Cámara de Comercio y del Ayuntamiento, prácticamente no existen establecimientos afectados, pues la mayoría de los locales son propiedad de los que los regentan o ya se rigen por la actual normativa.

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