La antigua refinería La Británica es «una de las pocas joyas de la arquitectura industrial que quedan en Europa», afirma el portavoz del tripartito que gobierna el Ayuntamiento, Natxo Bellido, y los alicantinos están más cerca de poder disfrutar de este conjunto industrial catalogado como Bien de Relevancia Local. El Ayuntamiento dio ayer el primer paso para hacerse con la titularidad de las naves de la antigua refinería de 1875 al aprobar una solicitud oficial dirigida a Patrimonio del Estado, al que pertenecen las naves, para conseguir su cesión gratuita. Lo acordó la Junta de Gobierno, atendiendo la condición que puso el departamento dependiente del Ministerio de Hacienda y Función Pública de un acuerdo del Ayuntamiento expresando su voluntad de tener la cesión o la titularidad de La Británica. Se trata de una iniciativa de la Concejalía de Memoria Histórica que afecta a terrenos superficiales y subterráneos de una zona conocida como El Molinet en la Serra Grossa. «Está considerada una infraestructura única en España, ya que gran parte de sus depósitos y galerías se encuentran excavados en la roca», dicen desde este departamento. La refinería, que pasó en 1920 a manos de Campsa, funcionó los siglos XIX y XX, y disponía de más de un kilómetro de túneles, dando paso a grandes depósitos de almacenaje de combustible.

Esas galerías y depósitos que hoy suponen el gran patrimonio industrial olvidado que se quiere recuperar fueron clave durante la Guerra Civil, ya que los dos bandos encontraron en ella una infraestructura básica. Tras la contienda se reconstruyó y en los años 40 se añadieron nuevos elementos como el depósito exterior, la balsa descubierta y la fortificación. Después de que Campsa abandonara la refinería y se trasladara al Puerto, los terrenos quedaron desafectados, entre 1971 y 1981, y pasaron a Patrimonio del Estado.

Memoria Histórica quiere crear un gran complejo integrando los restos arqueológicos del entorno. En este sentido, el tripartito trabaja para conseguir financiación. «Esperamos que el Estado responda lo más pronto posible, porque además no han hecho nada por ponerlo en valor. Es una de las joyas de la ciudad y puede ser patrimonio municipal». En noviembre de 2016, Patrimonio del Estado consolidó los restos de la antigua refinería ante el peligro de desprendimientos. Los trabajos incluyeron la eliminación de restos de hidrocarburos de una de las balsas.