Antes de que una familia de Extremadura falleciera practicando barranquismo de iniciación en un río aparentemente sin peligro, varias familias de Elda decidieron no enviar a sus hijos al viaje de fin de curso de 6º de Primaria al entender que la actividad programada por el colegio, rafting y barranquismo en el Noguera Pallaresa, podía entrañar peligro para menores de 11 años. Los alertó uno de los padres, bombero de profesión y con formación en rescate en ríos, riadas e inundaciones, quien califica de «locura» que colegios públicos de la provincia de Alicante estén sometiendo al alumnado a riesgos que considera innecesarios con estos viajes, en auge como actividad de naturaleza y deporte para los escolares. No sólo es una alerta para niños. También hay expertos que no pueden hacer nada ante el poder de la naturaleza, y se dan a menudo casos como el de un montañero de Barbastro que falleció el pasado mes de abril al quedar atrapado en el sifón de un barranco en Bielsa. Era un gran aficionado a los deportes de montaña, en especial al barranquismo.

Luis Miguel González, desde hace 20 años cabo jefe de salida de Bomberos en el Consorcio Provincial de Alicante, intentó por todos los medios parar ese viaje y que el colegio eldense sustituyera las actividades acuáticas «de riesgo, mal llamadas multiaventuras» por otras, enviando escritos al centro, denunciándolo a la Conselleria de Educación -se reunió con la Inspección educativa- e incluso recurriendo al Síndic de Greuges.

«La combinación niños y agua es de por sí mala. Si añadimos que se trata de agua en movimiento, que hay que navegar con caudal, lo peligroso que es un río, que te puedes ahogar aunque lleves chaleco y arrastrar aunque el agua te llegue por las rodillas, lo que tardamos los servicios de emergencia en acceder a estos escenarios y lo laborioso que son este tipo de rescates, da como resultado en muchas ocasiones el peor de los desenlaces», decía en su carta al Síndic, José Cholbi. Sin olvidar, apuntó, que si cae un niño de una balsa en un descenso es imposible regresar a por él corriente arriba.

También le informaba de que meter a los niños en un barranco para hacer rápel y saltar por pozas no son actividades para nada seguras para ellos, «se les somete a un riesgo grave sin ningún tipo de justificación, y todo esto promovido desde el centro escolar».

El bombero aportó documentación de varios accidentes mortales, como el sucedido en 2001 en la riera de Merlès, corriente fluvial que discurre por Cataluña, donde se ahogaron dos niños que estaban en un campamento cercano, entre otros casos. «He investigado por mi cuenta y resulta que la Administración no regula este tipo de excursiones, sólo se preocupa de que los permisos y documentos estén en regla, y tampoco se realiza ningún tipo de evaluación de riesgos (...)». El Síndic admitió la queja, y tras recibir el informe solicitado a la administración educativa, que firmó la directora territorial, Virtudes Torró, decidió cerrar el expediente investigador al no deducir actuación pública irregular que justificara su intervención ni vulneración de los derechos constitucionales.

Sin embargo, su alerta es compartida por expertos como el jefe del Grupo de Rescate de los Bomberos de la Diputación Provincial, Salvador Luque, quien afirma que se está frivolizando mucho con este tipo de deportes, que considera de riesgo como tal. «Siendo algo positivo porque se abre a los chavales el abanico para que se salgan del fútbol, acaba en riesgo, no por el deporte en sí sino por no adecuarse a la actividad, bien porque les falte la forma física necesaria o el conocimiento del entorno. El Noguera Pallaresa, por ejemplo, es un río importante que tiene su caudal. Aparte de que meterte en agua implica que te puedes ahogar. Es lo que tienen las modas».

En opinión del experto de un grupo que realiza numerosos rescates de deportistas a lo largo del año en la provincia, sobre todo en el Barranco del Infierno de Alcoy, y en la Cova Tallada de Dènia, el barranquismo y el rafting son actividades de riesgo «y si yo fuera maestro, llevarme a toda una clase a practicar estos deportes es algo que no haría». Y no es que piense que no se pueden practicar estos deportes, «se pueden hacer pero midiendo el riesgo en función de muchos parámetros». Por ejemplo, tener en cuenta las edades, la forma física -cree que debería ser obligatorio para el aspirante pasar un chequeo-, el número de personas que va a hacer la actividad, la naturaleza y tipo de barranco, y el número de monitores. «De todo eso tienen que informar las empresas multiaventura, que cada vez hay más. Muchas son muy profesionales pero te puedes topar con quien no lo es. Antes cualquiera podía ser monitor. Ahora es cierto que está más legislado, hay que ser técnico medio o superior de tiempo libre, con un mínimo de experiencia, aunque varía según las comunidades autónomas».

Desde la Federación de Montañismo de la Comunidad Valenciana, que tiene su sede en Elche, señalan que los trabajadores de sus clubes cuentan con la titulación de técnicos deportivos de barrancos nivel 2 que imparte la Universidad Miguel Hernández.

Más de 18.600 personas están inscritas en esta federación que engloba los diversos deportes de montaña, no sólo barranquismo, y que comparte las competencias de éste con la Federación de Espeleología. «Son deportes que están en auge, todos nuestros clubes (52 en toda la Comunidad) cuentan con seguro y licencia para hacer estas actividades y aconsejamos ir con instructor o personas del club acompañando en las salidas. Nosotros trabajamos con titulados y están dados de alta», indica Francisco Durá, presidente de la Federación. Porque admitió que es una actividad difícil de controlar y que hay empresas ilegales de turismo de aventura, «hay estadísticas de la Conselleria que dicen que tres millones de personas salen a la montaña pero sólo hay 18.000 federados. Es demasiada gente no controlada. Recomendamos que pasen por un club de montañismo».

Pequeños saltos

Tras aclarar que el caso de Extremadura se debió a un cúmulo de circunstancias que provocaron una avenida de agua cuando la familia bordeaba el río en una desgracia similar a la del camping de Bielsa, indicó que los niños deben ir exclusivamente a «barrancos de juego», «con un pequeño salto y una pocita». «Sólo pequeños rápel y una media hora, a los niños no les puedes meter más tiempo aunque vayan con neopreno porque además pueden coger una hipotermia», dijo.

Sea como sea, los viajes multiaventura está en auge como opción de turismo activo, y las agencias de viajes ofertan numerosas actividades también en el periodo de verano para atender la demanda.

Otro aspecto de este tipo de ocio son las despedidas de soltero multiaventura por toda España, en ríos, barrancos, haciendo rafting, para montar a caballo... «Te ayudamos a organizar tus despedidas de soltera o soltero realmente originales y divertidas llena de aventura y risas», dicen los programas. En el caso de la provincia, y ante la falta de ríos con caudal navegable, la oferta se centra más en tiro con arco, paseos con quads o a caballo y actividades náuticas, kayak o snorkel. También la Diputación Provincial, a través del Patronato Costa Blanca, impulsa acciones para difundir la oferta de turismo activo y deportivo que existe en la provincia, sobre todo cicloturismo, para desestacionalizar la llegada de turistas. Por su parte, la Asociación de Turismo de Interior destaca la oferta para conocer pueblos y montes de la provincia en segway o bicicleta.

Aunque nada ocurrió en la excursión alicantina al Noguera, el bombero que alerta de los riesgos de la multiaventura insiste en la falta de regulación y pone el ejemplo de Francia, donde se prohibió que los niños de Primaria practiquen rafting, descenso de cañones, natación en aguas vivas y espeleología desde que en 1995 murieron seis menores y una acompañante en el río Drac, Grenoble.