Los festeros de San Blas, que anoche cerraron sus Moros y Cristianos, tienen por delante un ilusionante año: en 2018 celebrarán el 75 aniversario de una celebración arraigada en Alicante, que cada vez adquiere más peso, gracias a los más de mil festeros que participaron activamente en las Entradas y a las 21 filaes dadas de alta. Unos preparativos en los que ya piensa la Junta de Comparsas nada más terminar una brillante edición festera gracias a los boatos y al buen hacer de las distintas escuadras. Porque los desfiles de ambos bandos han llenado de alegría las calles samblasinas, tomadas por los recintos festeros.

Como la tradición se renueva cada año, llegó el fin de fiesta con la embajada cristiana con batalla y capitulación mora, que dio como fruto la recuperación del castillo por las huestes de la cruz. Los disparos del alardo atronaron asimismo