A finales del pasado año, Guanyar votó a favor de un dictamen de la Comisión de la Memoria Histórica, creada por el pleno para la eliminación de las calles franquistas del callejero de Alicante, en el que se explicaba que la Cruz de los Caídos, situada frente a la plaza de Calvo Sotelo, y el Monumento a los Caídos de la Vega Baja, ubicado en el entorno de Aguamarga, ya «perdieron la connotación franquista» tras los cambios introducidos por anteriores gobiernos durante la etapa democrática.

En concreto, el texto que salió adelante con los votos del tripartito, pese a la oposición de PP y Ciudadanos, recogía, entre otros aspectos, que «la ciudad de Alicante conserva algunos monumentos realizados durante la Dictadura del general Franco que podrían ser susceptibles de ser eliminados en cumplimiento de la legislación vigente sobre memoria histórica». Sin embargo, el citado documento apoyado por Guanyar proseguía que «algunos [monumentos] perdieron dicha connotación en el momento en que se modificó, años atrás, la leyenda de su placa conmemorativa, convirtiéndolos o bien en simples monumentos considerados de interés por hacer sido realizados por artistas alicantinos de renombre, como el Monumento de Aguamarga realizado por Bañuls, o -continúa el dictamen de la comisión- bien en monumentos que representan a la totalidad de los españoles, como es el caso de la Cruz de los Caídos en la confluencia de los paseos de Soto y Gadea, construido por el arquitecto Miguel López».

Según el escrito que apoyaron Guanyar, PSOE y Compromís, «la lápida conmemorativa actual [de la Cruz de los Caídos] hace referencia a todas las personas caídas en las guerras». Por ello, explica el dictamen, la Comisión de la Memoria Histórica abogó por eliminar de la ciudad sólo aquellos elementos que sí «mantienen la imbología franquista», refiriéndose en exclusiva «salvo error u omisión» a las placas que se conservan en edificios de aquellos años y que fueron construidos por el Instituto Nacional de la Vivienda. «Al incorporar el yugo y las flechas de la Falange, evidentemente, deben ser retirados», se añadía en el dictamen del que ahora Guanyar reniega al asegurar que ambos monumentos, la Cruz de los Caídos y el Monumentos de los Caídos de la Vega Baja, deben ser eliminados del Catálogo de Protecciones porque se «construyeron para exaltar la sublevación militar, la Guerra Civil y la dictadura».

Pavón, que negó ayer un cambio de criterio pese a que defendió la continuidad de los citados elementos en la Comisión de la Memoria Histórica aprobada por el pleno, aseguró que, frente a los criterios técnicos que abogan por la inclusión de ambos monumentos en el Catálogo de Protecciones, «hay otro tipo de argumentos jurídicos que tienen que ver con la aplicación de una ley vigente desde hace diez años, la de Memoria Histórica, que pueden contrapesar a esos argumentos estrictamente técnicos que tienen que ver con criterios de índole artística o arquitectónica». El vicealcalde insistió ayer en que «desde Guanyar» son «partidarios que esos elementos no formen parte» del documento de Urbanismo.

Desde sus socios de gobierno la postura no ha cambiado. Tanto PSOE como Compromís recalcaron ayer que sólo apoyarán la exclusión de ambos elementos del Catálogo si hubiera un informe técnico en el que «sin ningún género de dudas» se recogiera que incumple la Ley de Memoria Histórica, según puntualizó el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri.

Desde la oposición, PP y Ciudadanos coincidieron en la crítica a Pavón por querer desproteger ahora los monumentos franquistas. Barcala aseguró que el vicealcalde «hubiera vivido muy feliz en el Stalingrado soviético», mientras que Giraldo habló de «obsesión patológica» de Guanyar.