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El tripartito saca adelante 23,5 millones para inversiones

La oposición reprocha la falta de participación, pero PP, Cs y Sepulcre se abstienen

El tripartito, en solitario, vota a favor de las inversiones por un valor de 23,5 millones de euros. HÉCTOR FUENTES

Sin ningún contratiempo gracias a la abstención de PP, Ciudadanos y el tránsfuga Sepulcre y en un debate con aires de trámite, el tripartito de Alicante consiguió ayer aprobar la segunda modificación del presupuesto municipal que, en la práctica, supondrá disponer de 23,5 millones de euros para llevar a cabo medio centenar de proyectos que tendrán que estar licitados este año, pero que podrán ejecutarse durante 2018. Entre las iniciativas con el visto bueno destacan la peatonalización de la avenida de la Constitución (en el entorno del Teatro Principal), la construcción de una senda peatonal y un carril bici en la carretera de Urbanova, la remodelación de la plaza de Calvo Sotelo, obras en la fachada del Mercado Central y actuaciones en las partidas rurales, entre otras obras.

En medio de reproches desde la bancada de la oposición por la falta de participación en la elaboración de la batería de iniciativas, el equipo de gobierno sacó adelante el bautizado por la concejala de Hacienda, Sofía Morales, como el «pleno de inversiones», del que salió victorioso en el fondo el tripartito y herido en la forma el portavoz municipal del PP, Luis Barcala, quien dio un evidente patinazo al proponer con énfasis la rehabilitación de viviendas dentro de las inversiones sostenibles, un tipo de actuación que no permite llevar a cabo el Ministerio de Hacienda con el remanente de tesorería, lo que aprovecharon en tromba los líderes de los tres grupos de la oposición para atacar a la principal voz de la oposición.

El protagonismo de Barcala arrancó cuando, durante su primera intervención en el pleno municipal, recriminó al tripartito que no destinase «ni un euro para rehabilitar viviendas en el barrio Miguel Hernández», por lo llegó a preguntarse: «¿Por qué no adelanta el tripartito [a la Generalitat] dinero para que la gente no tenga que vivir entre puntales?». Esta cuestión obtuvo respuesta apenas unos instantes después, en cuanto el líder municipal del PP devolvió el turno de palabra al alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, quien empezó la cadena de contestaciones del tripartito con la indudable intención de dejar en evidencia a Barcala. «La rehabilitación de viviendas no es inversión sostenible», aseguró Echávarri, un mensaje que poco después reforzaron los portavoces de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, y de Compromís, Natxo Bellido. Pavón, además, aprovechó su intervención para reprochar a Barcala su «loa» al ministro de Hacienda: «Esa virgen que usted ha elevado a los altares no nos ayuda en nada. Montoro es quien decide que la rehabilitación de viviendas no entre en las inversiones sostenibles». Bellido, por su parte, tildó de «mal gusto» que el PP «hable ahora de rehabilitación de viviendas», en alusión a los veinte años de gobiernos del PP en el Ayuntamiento de Alicante y en la Generalitat Valenciana.

Barcala, centro de las críticas durante la segunda parte del pleno extraordinario de ayer, intentó enderezar su discurso, mirando un mensaje recibido en su móvil con aires de rescate: «No se podrá rehabilitar, pero sí se pueden destinar inversiones sostenibles al alquiler social de viviendas».

Antes del resbalón, la atención se centró en la crítica de la oposición a la falta de participación, una postura avalada también por el representante vecinal, Luis Almarcha, que inició el pleno de ayer. Desde los dos tránsfugas, pasando por el PP y Ciudadanos, toda la bancada de la oposición apuntó a la falta de participación vecinal en la elaboración del listado de inversiones sostenibles. «No suelen escuchar», «se les llena la boca de la participación, pero sólo hacen parches, no hay un proyecto de ciudad», «van de improvisación en improvisación» o «no dan explicaciones a los vecinos» son algunos de los reproches que la oposición, con mayoría, dedicó al tripartito antes de permitir la aprobación de las inversiones al no votar en contra.

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