El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, «despidió» ayer al comandante naval, José Ramón Vallespín, quien recientemente acusó a los «rojos locales» del tripartito de la retirada del Santísima Trinidad del puerto de Alicante. Echávarri, junto a los concejales socialistas Fernando Marcos (Seguridad) y Eva Montesinos (Turismo) -ambos luciendo accesorios rojos-, acudieron ayer al acto ya previsto de relevo del mando del comandante naval. La convocatoria estuvo envuelta en el morbo por el encuentro entre Echávarri y Vallespín, que dejó ayer su cargo en manos de Gustavo Adolfo Gutiérrez de Rubalcaba. Tanto el alcalde como el hasta ahora comandante naval mantuvieron las formas durante el acto, saludándose a la llegada del regidor socialista al puerto. Incluso Echávarri se quedó a compartir unos minutos con los militares en un posterior vino de honor, en el que también estuvieron el subdelegado del Gobierno, José Miguel Saval, la senadora Asunción Sánchez Zaplana (PP) y el coronel jefe de la Guardia Civil de Alicante, Manuel Muñoz.

El alcalde, al término del acto, quiso marcar distancias entre las manifestaciones de Vallespín, recogidas en un escrito que envió a varios de sus contactos, y el relevo oficial al frente de la Comandancia Naval de Alicante. «Quiero desearle toda la suerte del mundo en su nuevo destino en la vida personal y nada más. Esto es un acto institucional, donde viene el alcalde de Alicante al relevo en la Comandancia Naval. Eso está por encima de todo, no hemos hablado del tema», señaló ayer Echávarri a su salida del acto en el puerto.

El día después de conocerse las palabras de Vallespín, el alcalde anunció que presentaría una queja formal a los superiores del entonces comandante naval «para que tomen medidas por un comportamiento totalmente inadecuado para alguien de su cargo».

Vallespín difundió la pasada semana un escrito entre varios de sus contactos en el que acusaba a los «rojos locales» de quitar la réplica del barco Santísima Trinidad del puerto «para que esa esquina del puerto sea un símbolo de republicanismo». En su texto, la entonces máxima autoridad naval de Alicante auguró que «después del Santísima Trinidad, al tiempo, retirarán el cercano monumento a los militares de reemplazo» para añadir que la retirada de la réplica del barco «corre el deseo de los 'rojos' locales de que esa esquina del puerto sea un símbolo de republicanismo».