La Cruz de los Caídos, construida en Alicante al término de la Guerra Civil para recordar a los muertos del bando sublevado, seguirá frente a la plaza de Calvo Sotelo. Y es que el alcalde, el socialista, Gabriel Echávarri, al igual que el portavoz de Compromís, Natxo Bellido, descartaron ayer la opción de trasladar la construcción de la época franquista, incluida en el Catálogo de Protecciones que tramita la Concejalía de Urbanismo que está pendiente de aprobación. «No se valora su traslado en ningún caso, me niego en rotundo. La cruz, a día de hoy, representa a todos los caídos, de un bando y de otro», señaló ayer Echávarri a través de fuentes de su Gabinete de Alcaldía. El dirigente socialista se refiere así a la decisión de José Luis Lassaletta de modificar la inscripción original incluida en la base de la cruz franquista, «pasando a dedicarse el monumento a todos los caídos».

El debate sobre el posible traslado de la Cruz de los Caídos a otro punto de la ciudad lo ha reabierto el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, quien discrepa del criterio de los técnicos de su área de proteger el monumento de la época franquista y se abre a buscar otra ubicación para el monumento por su visibilidad en la ciudad. «No acabo de ver la protección de la Cruz de los Caídos por tener mucha visibilidad urbana», ha asegurado al ser preguntado sobre la inclusión de la Cruz de los Caídos, al igual que el Monumento a los Caídos de La Vega Baja, ubicado en Aguamarga, en el Catálogo de Protecciones del Ayuntamiento de Alicante.

En la misma línea que Echávarri se muestra Bellido, quien recordó también la decisión de Lassaletta de que la construcción represente «a todo el mundo» y no sólo a los muertos del bando sublevado. «No es un tema que se haya hablado en el equipo de gobierno, la decisión es técnica por su interés arquitectónico. En su protección no existe ningún criterio político ni ideológico. ¿El traslado? Ahora no existe ningún tipo de debate», apuntó ayer Bellido.

Desde el PP, el portavoz municipal, Luis Barcala, se mostró ayer contrario también al posible traslado del monumento, que ya se planteó hace treinta años coincidiendo con las obras del aparcamiento subterráneo de la avenida de Maisonnave. «Los alicantinos lo ven ya como un monumento más de Alicante, forma parte del patrimonio histórico de la ciudad. Es una cuestión que no ha generado ningún tipo de polémica», añadió ayer Barcala, quien descarta que la protección de la cruz vulnere la ley como sostienen desde la Comisión por la Memoria Histórica de Alicante.