Los 54 tramos de alta siniestralidad en la red viaria de titularidad estatal en la provincia acumularon un total de 239 accidentes en el año 2015, según el informe que ha realizado el Ministerio de Fomento y que se ha hecho público hace unas pocas semanas. Las cifras son alarmantes si se tiene en cuenta que el año anterior, y según en este caso a partir de datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), la provincia contaba con 20 «puntos negros» en los que había habido 92 siniestros. Ahora bien, ese informe incluía también los sucesos producidos en vías de competencia autonómica o provincial; de ellos, 12 pertenecían a la red del Estado. Por ello, se puede afirmar que los puntos conflictivos se han multiplicado por 4,5.

La definición que hacía la DGT hasta 2014 de los «puntos negros» es la misma que emplea Fomento para señalar los lugares de alta siniestralidad: concentración de tres o más accidentes con víctimas en un año. Y, de nuevo, si se compara 2014 con 2015 salta la alarma: si el primer año no se produjo ningún fallecido en esos puntos y los heridos fueron 141, en el siguiente seis personas se dejaron la vida en esos tramos de carretera, mientras que los heridos fueron nada menos que 415, entre ellos 14 de gravedad. Y una vez más hay que tener en cuenta que los datos de 2014 incluyen toda la red viaria alicantina y los del año siguiente sólo se refieren a carreteras de titularidad estatal.

El documento elaborado por Fomento revela la existencia de largos tramos de alta siniestralidad en varias vías, sobre todo en el sur de la provincia, si bien en el entorno de Alicante y en todo el litoral, hasta el extremo norte, también hay puntos conflictivos. Un caso muy ilustrativo son los 24 kilómetros de la A-7 que separan Elche de Albatera (del punto kilométrico 513 al 537), con diez tramos de concentración de accidentes y un total de 33 siniestros a lo largo de 2015. En ellos fallecieron tres personas y otras dos quedaron heridas graves, mientras que 67 más resultaron leves. Este tramo, sobre todo entre Elche y Crevillent, presenta una gran peligrosidad, con un firme muy deteriorado y curvas cerradas.

También es muy llamativo el caso de la N-332 entre la costa de Orihuela y Torrevieja; del kilómetro 50 al 57, la vía es una sucesión ininterrumpida de tramos conflictivos, que en 2015 acumularon 37 accidentes. De todos ellos, el más peligroso está en el kilómetro 54, justo en el acceso sur a Torrevieja. Allí se produjeron nueve de los siniestros, entre ellos el único mortal; en total hubo 24 heridos en ese punto, y 76 a lo largo de esos siete kilómetros, en los que se encuentra además el cuello de botella que produce la variante de Torrevieja, único tramo sin desdoblar de la N-332 entre Pilar de la Horadada y Guardamar. Asimismo, hay que destacar la conflictividad de diez kilómetros de la N-340 entre Orihuela y Albatera, con 24 accidentes y 48 heridos leves en cinco tramos peligrosos. Este recorrido ha sido considerado como de alta peligrosidad en informes elaborados por otras instancias, como el EuroRAP.

Otro recorrido conflictivo es el de la A-70, la circunvalación de Alicante, entre el acceso norte a la capital y el enlace con la A-31, con 28 accidentes a lo largo de 11 kilómetros. En este tramo sobresale especialmente el empalme con la autovía que parte hacia Albacete y Madrid, con ocho siniestros. La escasa longitud de los carriles de deceleración o incorporación es un detonante para que se produzcan colisiones con mucha facilidad. Sólo en ese punto se registraron 19 heridos leves en 2015.

Intersecciones conflictivas

También destaca la concentración de accidentes en la N-332 desde el inicio de la variante de Benidorm hasta el acceso a l'Alfàs del Pi, diez kilómetros donde en 2015 se registraron 24 siniestros, la mitad de ellos en el acceso al casco urbano alfasino. Hay otros tramos conflictivos más al norte en esta misma vía, en Calp, Gata de Gorgos y El Verger. Hasta 2013 había también varios «puntos negros» entre El Campello y La Vila Joiosa, desaparecidos tras hacerse diversas mejoras. Recientemente, tal y como publicó este periódico, la velocidad máxima se ha bajado además a 80 kilómetros por hora.

Las intersecciones son puntos especialmente complicados. En la provincia destacan el citado enlace de la A-70 y la A-31 en Alicante y el acceso a l'Alfàs del Pi desde la N-332, reemplazado recientemente por una rotonda, junto con otro cruce en la N-340 en Cocentaina. No obstante, la palma se la llevan las tres rotondas de la A-77 y la A-77a en el entorno de la Universidad de Alicante. La más próxima al campus, enlace también con la A-70 y acceso y salida de la capital, es la cuarta intersección más peligrosa de España, según Fomento, con 29 accidentes entre 2013 y 2015. Sólo ese último año, en esa rotonda y la del parque de bomberos de San Vicente se acumularon 17 siniestros, con 23 heridos leves, y otros tres en el enlace de la A-77 y la A-70. Esta última rotonda también ha sido mejorada en los últimos años, ensanchándola e instalando bandas sonoras en los accesos, lo que ha hecho disminuir su peligrosidad. En las otras, en cambio, pese a que se han instalado rótulos advirtiendo del riesgo, la siniestralidad se ha duplicado en relación a 2014.

En total, en 2015 se produjeron en el conjunto de la red estatal alicantina 538 siniestros, incluyendo los registrados fuera de los tramos de más concentración, con el triste resultado de 17 fallecidos. Para Antonio Ángel Pertusa, representante de la asociación Stop Accidentes en la provincia, esto es sintomático de que «se está bajando la guardia». El portavoz incide en que «todo el mundo sabe de alguien que haya muerto en carretera, pero parece que no hay miedo, y mientras no lo haya no existirá respeto ni concienciación». También alude al efecto beneficioso de los arreglos viarios, y a que «no se trata sólo de poner carteles», sino de acometer obras en profundidad. En este sentido, denuncia el olvido del desdoblamiento de la variante de Torrevieja y el mal estado de la A-7 entre Elche y Crevillent, al que achaca los continuos reventones de neumáticos que se producen allí.