«Camino dividido en catorce paradas o estaciones, en cada una de las cuales se conmemora un episodio de la pasión de Cristo» y, en sentido figurado, «situación de sufrimiento intenso y prolongado». La definición que la Real Academia Española realiza de lo que es un vía crucis viene que ni pintada a la asociación de vecinos Gran Via Sur-Puerto, que así ha bautizado un documento dirigido al Ayuntamiento con los 14 problemas más acuciantes para un barrio con más de 9.000 mil alicantinos. «Vía crucis es lo que vivimos los vecinos del sur de Alicante todos los días en cuanto a problemas medioambientales, de tráfico, falta de limpieza, vertidos al mar y al Barranco de las Ovejas, entre otros. Una problemática que nos hace estar en estado de penitencia continua».

La primera estación es «la descarga de graneles de materiales tóxicos en varios muelles del sur del Puerto a cielo abierto». La segunda es el parque del Mar, «levantado presuntamente sobre materiales tóxicos de la antigua fábrica de abonos químicos La Cross, con barreras infranqueables para el vecindario como la avenida de Elche o la vía ferroviaria». La tercera son los astilleros, «a escasos metros de las viviendas colindantes al parque Joan Fuster y a una guardería, que soportan malos olores y contaminantes». La cuarta el estado de la playa de San Gabriel, «receptora de cantidades enormes de vertidos fecales (...) Las arenas y las aguas están altamente contaminadas». La quinta el «abandono, con basuras y escombros, sin ajardinamiento ni arreglo de palmeras» del entorno del parque El Palmeral y la línea costera hasta Urbanova; la sexta es «la salida de enormes cantidades de aguas fecales sin depurar cada vez que llueve en Alicante» por el aliviadero del Barranco de las Ovejas; la séptima, el alcantarillado de las calles Perú y Panamá, que salta cada vez que llueve «desbordando aguas sin depurar»; la octava el almacenaje y enterramiento junto al IES Mare Nostrum de restos de abonos químicos y lodos fecales retirados del dragado del Barranco de las Ovejas en 2013; la novena el emisario submarino de la depuradora del Rincón de León «con multitud de deficiencias y obsoleto, sin permiso desde 1998» y la décima los accesos insuficientes a Gran Vía Sur y San Gabriel. Las últimas estaciones del vía crucis son el vandalismo contra la pasarela peatonal del Barranco; la zona degradada por la paralización del plan parcial de las casas de la Guardia Civil; la falta de limpieza y mantenimiento del arbolado; y la vía muerta del ferrocarril hasta Casa Mediterráneo. Este documento pretende ser un plan estratégico para el desarrollo de la entrada sur, cuyos vecinos lamentan que de las inversiones sostenibles aprobadas por el tripartito «no nos ha tocado ni la pedrea».