La segunda pedanía más grande tras el Moralet, tiene el dudoso honor de acoger en su término varias de las instalaciones más agresivas contra el medio ambiente de Alicante como son el vertedero y la planta de residuos, Cemex, la planta de secado de lodos y las canteras que se han comido gran parte de la sierra de Fontcalent y de la sierra Mediana, además de numerosas escombreras ilegales. Por contra, los más de 600 vecinos censados en la partida disfrutan, además de la tranquilidad propia de las pedanías, de unas vistas de las más espectaculares de Alicante desde el mar a las montañas, sobre todo desde la planicie de Los Monteros, uno de los núcleos de población de la partida urbanizado en los años 80 con unas 200 casas que, frente a otras zonas rurales de Alicante, disponen de iluminación y asfaltado aunque, al igual que el resto de pedanías, carece de alcantarillado. Otras zonas de Fontcalent, con viviendas más dispersas, carecen además de luz y de agua y se apañan con motores eléctricos y cubas.

En la pedanía las casas se articulan en una docena de núcleos de población que luchan para minimizar el impacto del vertedero. El presidente de la Asociación de Vecinos Benvinguts de Fontcalent, David Pérez, ha indicado que «llevamos mucho tiempo luchando contra las industrias contaminantes. Pedimos la instalación de medidores de contaminación y de calidad del aire, pero de momento no se ha puesto». Las asociaciones de vecinos de la zona están unidas a la hora de reivindicar medidas para minimizar el impacto de estas industrias. El presidente de la AA VV los Monteros de Fontcalent, Jose Antonio Alcaraz, recuerda que las pedanías cercanas al vertedero han solicitado que los beneficios que obtiene la planta de basura por tratar los residuos de otras ciudades, revierta en mejoras en sus zonas. «Somos de las únicas partidas que no tenemos una plaza pública. Hay un recinto cedido por Cemex en lo alto de los Monteros y hemos pedido que se acondicione para que la disfruten los vecinos», planicie desde la que se vislumbra toda la comarca y desde la que se aprecia el destrozo que las canteras han provocado en la sierra, una explotación denunciada con frecuencia por los grupos ecologistas.

La economía de Fontcalent en los últimos siglos se vincula a la agricultura y a la ganadería. Aquí se cultivaban sobre todo algarrobas y almendros pero quedan pocos huertos y las casas de labranza han sido sustituidas por chalés aunque la gran extensión de la partida hace que la mayor parte del terreno que se vislumbra sea de campo.

Tal como señala José Antonio Alcaraz, «en 2005 iniciamos un proyecto llamado Fontcalent Verde plantando pinos desde la falda de la sierra Mediana en una zona muy árida propiedad de Cemex. La empresa aceptó y hemos plantado en unos 10 años más de 5.000 pinos, pero ahora tenemos algunos problemas por la procesionaria ya que nadie quiere hacerse cargo de la fumigación».

En general, la imagen de Fontcalent es árida, con la sierra escalonada por las canteras sin más vegetación que unos cuantos arbustos en la zona más alta. A sus pies, sin embargo, hay zonas verdes, como la de El Salar donde hay un humedal protegido por su riqueza bioclimática.

Otros puntos de interés es la Cova del Fum o Cueva del Humo, que fue utilizada para realizar enterramientos en el Calcolítico y que, según los arqueólogos, pudo estar ocupada en el Paleolítico. Se la considera el yacimiento arqueológico más antiguo de Alicante. Otras grutas de la sierra que también pudieron estar ocupadas en la antiguedad son las cuevas dels Coloms (de las Palomas) y del Ocre.

Destaca por su importancia en la historia de la partida, ya que posibilitó el asentamiento de íberos y romanos, el manantial de Fontcalent, que dio nombre a la partida y a la sierra, y que se modificó con la construcción del trazado del AVE. Del nacimiento de agua queda poco pese a los intentos de conservarla de la asociación Amigos de Fontcalent. Además, hay una ruta cicloturista en la partida y hay quien no duda en aprovechar el antiguo circuito de motos de la zona para realizar bicicrós. El saladar y las lagunas cercanas a la cárcel son otros de los espacios de mayor interés paisajístico y medioambiental de Alicante.

Entre los nuevos chalés aún se dejan ver antiguas casas de labranza en diferente estado de conservación como la finca Fontcalent, la finca Lo Gabatx, Lo Castelló, Lo Llisadre, la Casa de la Serra y la ermita, ahora en ruinas.

Pero si por algo suena el nombre de Fontcalent más allá de la provincia es por la cárcel construida a mediados de los años 70 del siglo pasado, y uno de los puntos más visibles de la partida al ubicarse junto a la autovía Alicante-Madrid. Los vecinos aseguran que no les afecta la situación del centro penitenciario e incluso bromean señalando que «si algún recluso se escapa no va a venir para acá a esconderse sino que aprovecha la autovía para irse de Alicante».

Reivindicaciones

Los vecinos de Fontcalent aseguran que en la pedanía se vive muy bien. Además de la tranquilidad de la zona destacan su cercanía con Alicante y San Vicente aunque reivindican un mejor transporte público y esperan que pronto entre en funcionamiento el taxi a demanda «porque hay mucha gente mayor que tiene que trasladarse y, sin coche, es complicado». Otras reivindicaciones vecinales, además de la creación de un espacio público para los vecinos de la partida en la zona de Los Monteros, son el desbroce de los caminos y el aumento de vigilancia para evitar robos.

En la zona de la Campaneta se ubica el campo de entrenamiento del Hércules, y aquí está la asociación de vecinos Benvinguts de Fontcalent que dispone de un local en la zona de recreo denominada Antonio Bañuls Cortés «Tonete», un veterano de la partida. David Pérez destaca la labor que realizó en esta zona Manuel Luis Ausó, fundador de la asociación de vecinos Benvinguts. En este espacio que cuenta con varios columpios para los niños, se celebró el año pasado un mercadillo artesanal que este año se realizará en octubre. Aquí se efectúan también las convivencias vecinales en agosto con juegos de agua, hinchables, etc.