La Guardia Civil de Tráfico ha montado un gran control de alcoholemia en la mañana de este sábado en una de las principales salidas de Alicante con el fin de detectar posibles conductores que se hubieran puesto al volante aún bajo los efectos de sustancias etílicas después de la noche de San Juan y, en consecuencia, estuvieran poniendo en riesgo la seguridad vial. El dispositivo se ha montado en el inicio de la autovía A-31 en dirección a Madrid; los vehículos, según ha podido corroborar este periódico, eran desviados hacia la depuradora de Rincón de León, junto a cuyo acceso se practicaban los controles.

Fuentes de la Benemérita han señalado que, tal y como era de esperar, ha habido conductores que han dado positivo en alcohol, sobre los que se han tomado las medidas oportunas. No obstante, no hay constancia hasta el momento de que se hayan producido incidencias significativas más allá de las propias de este tipo de controles. Tampoco ha trascendido ningún dato en cuanto a pruebas practicadas ni a número de conductores que circulaban bajo los efectos del alcohol.

El control, dada su envergadura y la forma en que los vehículos eran desviados para poder someter a los conductores a la prueba de alcoholemia, ha generado retenciones en la que es una de las principales salidas de Alicante. Algunos usuarios que no regresaban de fiesta sino que habían madrugado han expresado cierto malestar por el atasco que estaba produciendo el dispositivo. Con todo, la realización de este dispositivo en la mañana del 24 de junio no deja de resultar lógica, teniendo en cuenta la gran cantidad de personas que se concentran en la noche de San Juan en Alicante y que buena parte de ellas apuran la fiesta nocturna hasta el amanecer.