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Análisis

¿Y los trenes del Corredor?

Ni Fomento ni los operadores han previsto que los actuales mercancías no pueden circular por el ancho AVE

¿Y los trenes del Corredor?

El presidente de la Fundación Pro-AVE, Federico Félix, pionero de la reivindicación para que el Corredor Mediterráneo se construya en ancho internacional, antes de que llegara a la cruzada el batallón capitaneado por Vicente Boluda y Juan Roig, artífices de que el Gobierno se lo haya tomado por fin en serio, celebró el lunes, en un encuentro empresarial, que se haya despejado que el tramo entre Castellón y Tarragona cuente con doble plataforma y los trenes de mercancías puedan circular como en el resto de Europa. Una buena noticia, fruto de la presión ejercida por la Asociación Valenciana de Empresarios, en la que también trabajan en la sombra alicantinos, como Antonio Arias, y el Consell, que han hecho, a falta de la traca final en Madrid en octubre, que el Corredor Mediterráneo sea visibilidad para el Gobierno. Ejecutivo que en 2016 seguía negando el pan y la sal a Alicante como, por ejemplo, el enlace ferroviario c0n el aeropuerto.

Hoy, casi dos años después y con Íñigo de la Serna al frente del Ministerio de Fomento, (al menos el exalcalde de Santander le pone interés, aunque tenga la caja con muchas telarañas), Rajoy se ha comprometido en terminar el Corredor Mediterráneo con doble plataforma para alborozo de la patronal, deseosa de buenas noticias y, por qué no, evitar enfrentamientos con los que mandan en Madrid.

Cierto que no tiene justificación alguna el retraso que sufre y, mucho nos tememos que aún sufrirá la ejecución el Corredor Mediterráneo, pero, sin ánimo de justificar a nadie, el lunes por la tarde me vino a la cabeza una información de hace ya dos años cuando se supo que uno de los motivos del retraso del tramo Castellón-Tarragona fue, ahora que los empresarios celebran la doble plataforma, el que los propios operadores, las empresas y entre ellos la propia Renfe, los que reclamaron al Ministerio de Fomento de Ana Pastor que se tomara la cosas con paciencia porque de nada serviría el «ancho AVE» para las mercancías si no se fabricaban y compraban antes los trenes que circulan por Europa. Es decir, que los convoyes de mercancías siguen circulando por la red estatal como lo hacían en la España de Franco, que fue precisamente quien se negó en su día a modernizar el ancho de vía del ferrocarril para evitar así cualquier intento de invasión del «enemigo europeo». Los trenes españoles de mercancías no pueden circular en ancho internacional y eso no es culpa del tan criticado, la mayoría de las veces con razón, Ministerio de Fomento. Y ahí radica también uno de los motivos por los que la ejecución del polémico tramo se aplazara en 2015.

Despejada y celebrada hoy esta incógnita, que tenía sus cómplices, habrá que ver todavía el desenlace final porque si no había trenes cargueros aptos para «ancho AVE» en 2015, tampoco los hay en 2017 y, conociendo como se hacen las cosas en España, no los habrá tampoco en 2020, con lo que podemos encontrarnos con una autopista ferroviaria pero sin los trenes necesarios. ¿Quién se va a meter en una inversión multimillonaria partiendo de la base de que hoy sólo un 6% de las mercancías del Eje Mediterráneo se mueven en tren?

Y, mientras, sin noticias del Puerto de Alicante y su enlace con el Corredor. El ministro De la Serna visitó el lunes València y firmó con los responsables su puerto un convenio para invertir 31,5 millones de euros en la adecuación de la infraestuctura portuaria de Sagunto y que sus muelles puedan recibir trenes de mercancías de 750 metros de longitud. En Alicante sigue sin mover ficha y los alicantinos cada día más convencidos de que al final el Corredor, al menos para las mercancías, se acabará en Sagunto. Así están los muelles, que de tan poca actividad no les afecta ya, apenas, ni que paren los estibadores.

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